10 SEPT, 2019
Por Leticia Rial de RankiaPro
Os presentamos a Félix González, Socio Director General en Capitalia Familiar EAF. Félix se encuentra al frente de la EAF desde 2008. Con anterioridad, ocupó importantes puestos Renta 4, Fortis Private Banking, Beta Capital MeesPierson, Capital Markets, Inverban o Eurogestión.
Félix González es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Complutense de Madrid, es candidato a nivel II del título ‘Chartered Financial Analyst’ (CFA) que otorga el CFA Institute y participa como profesor en diversos cursos relacionados con mercados financieros (IEAF, Instituto de Estudios Bursátiles y CEU San Pablo).
Fue el resultado de la confluencia de la pasión por el análisis y seguimiento de los mercados desde un punto de vista práctico, y la convicción de que hay una forma de actuar y de servir a los clientes diferente a como actúan y se comportan los bancos.
Para mí, el asesoramiento financiero es más una vocación que una profesión, dado el grado de dedicación, entrega y esfuerzo que exige a todos los niveles. Un buen asesor ha de tener además una formación adecuada y extensa, puesta a prueba durante años de experiencia. El buen asesor debe ser una persona que se conduzca con honestidad y que sirva a los intereses de sus clientes con total independencia de cualquieras otros intereses.
Lo que más me gusta es el reto de analizar y enfrentarme a los mercados cada día, que no haya dos días iguales. Lo que menos me gusta es la falta de cultura financiera que hay en España: el desconocimiento generalizado de principios financieros y económicos básicos, que dificultan la correcta comprensión y el ejercicio de nuestra actividad por parte del público en general.
El mayor reto es tratar de generar rentabilidades mínimamente atractivas para los clientes relativamente conservadores, en un contexto condicionado por unas políticas monetarias expansivas sin precedentes y un entorno caracterizado por tipos de interés nulos y negativos.
Un asesor financiero debe tener una formación económica y financiera extensa y profunda, pero estos conocimientos meramente técnicos deberían complementarse también con una cultura más holística, y la inteligencia emocional y la capacidad para empatizar con los clientes.
Nunca dejo de estudiar y de aprender, especialmente de las decisiones que no generaron los resultados esperados. En esta profesión trabajamos con escenarios y probabilidades, y el hecho de que determinadas decisiones no conduzcan a los resultados deseados debe ser asumido como parte inherente e inevitable del proceso.
Ambas deben ir de la mano, pero la formación sin experiencia es nada, y no hay mejor maestro que la experiencia.
Las nuevas generaciones disponen de conocimientos técnicos más amplios, de mayor acceso a información, y de mayores y más potentes medios técnicos que los que teníamos nosotros hace 25 o 30 años atrás. Pero en muchos casos las nuevas generaciones carecen de la visión de conjunto y de la humildad que sólo puede darte la experiencia. Todos hemos pasado por ello, y más pronto o más tarde, los mercados acaban poniéndonos también a todos en nuestro sitio.
Es crucial que el asesor financiero sea capaz de transmitir confianza, y que con su dedicación, esfuerzo, honestidad y rigor profesional se vaya haciendo con el tiempo merecedor de esa confianza que su cliente ha depositado en él.
Habría mucho que debatir a este respecto, pero creo que este enfoque es en gran medida una falacia, una herramienta de marketing por parte tanto de las multinacionales como de las propias gestoras de fondos.
No forma parte de los objetivos de mi proceso de inversión el tratar de lograr un equilibrio entre la gestión activa y la gestión pasiva. Toda decisión de inversión es en sí misma una decisión activa (aunque sea en favor de un vehículo de gestión pasiva). El objetivo prioritario de mi proceso de inversión es tratar de conseguir la mayor rentabilidad posible con el menor nivel de riesgo posible, en función del perfil de riesgo de cada cliente y en el contexto de mercado en cada momento.
Estoy muy ilusionado y dedicando mucho trabajo y esfuerzo a un fondo de inversión, cuya política de inversión acabamos de empezar a asesorar: se trata del fondo GPM Gestión Activa Retorno Absoluto. Las recomendaciones que emitimos para la gestión de dicho fondo están basadas en un sistema de identificación, análisis y seguimiento de tendencias que hemos desarrollado nosotros mismos.