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Brasil: Copacabana, carnaval, materias primas y precaución
Inversión en Latinoamérica

Brasil: Copacabana, carnaval, materias primas y precaución

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13 MAR, 2023

Por Polar Capital

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Con el regreso de su antiguo presidente, Brasil está listo para vivir un período de cambio. El mundo y los inversores observan cómo el presidente Lula se esfuerza por encontrar el equilibrio necesario entre las políticas sociales y económicas clave y la disciplina fiscal. Durante un viaje reciente al país, Naomi Waistell, gestora del Polar Capital Emerging Market Stars Fund, fue testigo directo de cómo Brasil se encuentra en una encrucijada importante. En este artículo, la gestora analiza el entorno macroeconómico positivo que podría propiciar el cambio que permita a Brasil convertirse en el país que muchos quieren que sea. 

Pensar en Brasil puede traerle a la mente imágenes del carnaval, de Copacabana, de la «picahna» y del fútbol. Sin embargo, la mayor parte del país disfruta de una vida sencilla lejos de las grandes urbes y el 38 % de los brasileños gana el salario mínimo. El nuevo presidente es Luiz Inácio Lula da Silva (Lula) y su victoria por la mínima frente al presidente en funciones Jair Bolsonaro —lo que desencadenó una oleada de disturbios similar a la que vimos en EE. UU. tres años antes— se la debe a los votantes de las regiones más pobres.

Tras el resultado de las elecciones del 2 de octubre de 2022, el mercado bursátil de Brasil repuntó ligeramente antes de liquidarse unos días después. Por su parte, el mercado de deuda pública envió una señal más clara unas semanas después, con rendimientos que aumentaron hasta los 100 pb en un solo día, el 10 de noviembre, tras las palabras de Lula sobre las prioridades sociales y el nombramiento de un equipo económico de izquierdas.

Visité Brasil un par de semanas después, a finales de noviembre, y el tiempo que pasamos allí imprimió en el equipo un sentimiento de prudencia cada vez más intenso; difícil no sentirse así en un contexto como este, caracterizado sobre todo por una actividad económica interna débil y por cierta incertidumbre fiscal. Sin embargo, desde entonces China ha reabierto sus fronteras (Brasil ha sido, tradicionalmente, uno de los mercados mejor correlacionados con la fortaleza china), el dólar ha perdido terreno y el ciclo de las materias primas ha comenzado a recuperarse nuevamente. La leve recesión prevista para finales de este año debería ayudar a bajar la inflación y, al haber sido uno de los primeros países en subir los tipos, Brasil debería ser también de los primeros en volver a bajarlos hacia finales de 2023. No obstante, cualquier perspectiva constructiva solo puede asentarse sobre un nuevo plan económico sólido diseñado por el nuevo gobierno. Hemos escuchado algunas intervenciones que van en la buena dirección, pero nos gustaría ver un poco más de manos a la obra, por favor.

Tras la recuperación inicial propiciada por el resultado electoral, el mercado empezó a entrar en una fase de miedo al ir asimilando esta transición, para después hundirse un poco más como consecuencia de la fase de rebelión (caracterizada por los disturbios). A medida que llegamos por fin a la fase de adopción de medidas por parte de los responsables políticos, la situación ha mejorado y parecen darse las condiciones necesarias para alcanzar la fase de la esperanza.

Equilibrio financiero

Este año, el país se caracterizará por un crecimiento más lento, tras el fuerte crecimiento del PIB registrado en 2022 (2,9 %). Las previsiones de consenso apuntan a un crecimiento de aproximadamente el 0,8 % este año, una cifra rebajada en gran medida como consecuencia de unos tipos de interés más altos y más prolongados, de riesgos de desfase fiscal y de una escasa demanda de los consumidores. Los salarios han caído, pero los mercados laborales ya han comenzado a mejorar y el conjunto de los consumidores puede recurrir a los ahorros acumulados durante la pandemia, lo que podría convertirse en una fuente inesperada de crecimiento. Si bien la inflación ha bajado desde el pico máximo registrado en abril de 2022 (12 %, aproximadamente), esta sigue siendo elevada (en torno al 6 %) y tampoco se espera una corrección rápida de esta cifra, según el subdirector del Banco Central de Brasil con quien me reuní.

El nuevo gobierno ha dejado claro que se producirá más gasto, lo que puede ser positivo para el crecimiento, pero multiplica las preocupaciones sobre la deuda y la disciplina fiscal. Salir airoso de esta encrucijada, sin perder el control de la moneda o de la inflación y prestando la debida atención a todos los sectores del país, no será fácil.

Brasil sigue siendo relevante

Los beneficios de un enorme mercado interno y el hecho de ser altamente competitivo en términos de costes de producción de una serie de materias primas agrícolas son ventajas significativas y, gracias a los abundantes recursos naturales y las propuestas de actuación, la matriz energética de Brasil también es mucho más ecológica que la de la mayoría de los demás países. Además, el país está desarrollando tecnologías verdaderamente punteras a escala global. Brasil sigue siendo, por tanto, una economía de importancia mundial.

Durante mucho tiempo, Lula ha sido un hombre cuyas ambiciones para sí mismo y para su país han sido ser tenido en cuenta en escenarios cada vez más significativos y tener un asiento en cada mesa. Como líder de Brasil, su deseo es ser un referente mundial, de forma que podríamos ser testigos de acuerdos de libre comercio, ostentosas visitas presidenciales y pactos de colaboración mutua. Desde su nombramiento, Lula ha hablado abiertamente sobre su intención de contribuir a la «creación de un orden mundial pacífico basado en el diálogo, el fortalecimiento del multilateralismo y el desarrollo colectivo de la multipolaridad». Resulta muy positivo que la política exterior parezca ahora mucho más abierta y activa, lo que podría mejorar las perspectivas de inversión extranjera directa y crecimiento futuro.

Invertir en Brasil

De todos es sabido que el mercado bursátil de Brasil es tan volátil como vibrantes son sus ciudades. El índice Ibovespa se concentra en unos pocos nombres de gran capitalización pertenecientes a los sectores energético y bancario, los cuales dictan la dirección y tienen un beta alto a factores externos como los precios de las materias primas, las fortunas de China y los movimientos del dólar (correlacionados negativamente). Sin embargo, esto no dice nada de algunas de las empresas de calidad nacionales que pueden pasar desapercibidas entre los pesos pesados del índice. Si bien en este momento la historia interna de Brasil está lejos de ser óptima, muchos de los actores de crecimiento de alta calidad que analizamos han visto restablecidas en gran medida sus expectativas. Históricamente, desde el año 2000 las acciones brasileñas han tenido un rendimiento promedio del 21% durante los ciclos de relajación, siendo el sector de los materiales el que mejor orientado está al alza.

Por ahora, en el Polar Capital Emerging Market Stars Fund mantenemos una posición ligeramente infraponderada en Brasil. Poseemos tres negocios a largo plazo con atractivos esenciales en los sectores de la tecnología, la salud y las finanzas. Además, mantenemos una lista de seguimiento de otras empresas con crecimiento de calidad que se ajustan a nuestra cartera actual y a nuestro proceso de inversión. Hemos eliminado todos los nombres que no eran verdaderos líderes en sus industrias o en los que detectamos algún signo de vulnerabilidad financiera dado el entorno económico: estas fueron las conclusiones más importantes que sacamos del tiempo que pasamos en Brasil reuniéndonos con empresas.

En estas reuniones quedó claro que el apetito de inversión de los equipos de gestión está sujeto a una mayor precaución, que los costes se controlan más de cerca con el objetivo de mantener o incrementar los márgenes y que los días vertiginosos de crecimiento a toda costa han quedado atrás con el fin de equilibrar las ganancias; en los centros comerciales reinaba la tranquilidad y en la atmósfera flotaba un sentimiento generalizado de cautela y pesimismo.

Ya es posible observar aspectos positivos macroeconómicos que permitirán apuntalar los esfuerzos de Brasil: un dólar estadounidense más débil, la reapertura de China y precios más fuertes del mineral de hierro y la soja. Si Lula es capaz de poner coto al exceso fiscal, Brasil podría tener realmente un rendimiento superior. Se trata de un gran 'si', puesto que la historia demuestra que las posibilidades de que un gobierno con sensibilidad social vaya a revertir una política fiscal a todas luces insuficiente son escasas, aunque siempre encontraremos oportunidades de inversión por el camino.

Como muchos otros, nuestra postura ahora es la de esperar a ver qué ocurre. Estamos realmente interesados en comprar Brasil, sobre todo a la luz de los múltiples problemas estructurales que existen en otras partes del universo de los mercados emergentes, pero necesitamos claridad y necesitamos una razón. Estamos cada vez más convencidos de que nos encontramos ante el comienzo de un nuevo ciclo alcista en el ámbito de las materias primas, en el que el volumen de la demanda de ciertas materias primas, especialmente las ecológicas, sorprenderá a todos; esto podría significar que Lula está a punto de hacerlo de nuevo.

Obtenga más información acerca del Polar Capital Emerging Markets Fund.

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