Los inversores se están dando cuenta de que la inversión sostenible no solo es buena para el planeta, sino que también puede ser buena para la rentabilidad de su inversión. Esto es especialmente cierto en el caso de la inversión inmobiliaria. Los edificios representan el 36% del uso de la energía global a través de su construcción y funcionamiento. También son responsables de casi el 40% de las emisiones de dióxido de carbono relacionadas con la energía. La huella ecológica es aún mayor si se tiene en cuenta la cantidad de agua y materias primas que consumen.

No obstante, mientras algunos activistas contra el cambio climático piden que la sociedad renuncie a viajar en avión o a comer carne, lo más difícil es prescindir de los edificios. Es imposible imaginar un mundo sin viviendas, oficinas, fábricas, almacenes y centros de datos. Por tanto, la responsabilidad consiste en lograr que los edificios sean más eficientes.
La ONU estima que, para limitar el aumento de la temperatura global por debajo de 2 ºC de aquí a 2030, el sector inmobiliario debe reducir la intensidad energética media de los edificios en al menos un 30%.
Gran huella: Sector de la edificación y la construcción: contribución estimada a la economía y al medio ambiente, %

Fuente: Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
Por lo demás, la meta final es alcanzar el objetivo de “cero emisiones” –es decir, crear una economía climáticamente neutra. Lograrlo de aquí al año 2050 es el principal propósito del , y el sector inmobiliario tiene un importante papel que desempeñar.
El desafío presenta un doble aspecto: reducir el impacto medioambiental tanto de la construcción como del funcionamiento de los edificios.
La tecnología puede ayudar en ambos casos. Las últimas innovaciones incluyen sensores que optimizan el consumo de energía mediante la gestión inteligente de la calefacción, la ventilación y otros procesos de funcionamiento del edificio. Los nuevos materiales, por su parte, pueden incrementar la sostenibilidad de la construcción y del desarrollo, además de reducir los residuos de la edificación y la contaminación acústica. Lo mismo ocurre con los procesos racionalizados, como la construcción modular, en la que las distintas partes del edificio se construyen en un entorno controlado de fabricación y se diseñan para facilitar su reutilización y sustitución.
Mejores en todos los sentidos
Los edificios respetuosos con el medio ambiente también mejoran los resultados de las inversiones inmobiliarias. Los estudios demuestran que, hoy en día, los edificios con mayores credenciales medioambientales generan alquileres más altos, menores índices de obsolescencia, mayor satisfacción de los inquilinos, menos espacios vacíos e incentivos más bajos. Dado que el medio ambiente se está convirtiendo en una prioridad para quienes construyen, gestionan, viven y trabajan en los edificios, la diferencia de rendimiento entre los edificios sostenibles y sus homólogos menos eficientes debería aumentar aún más en los próximos años.
La celeridad de esta transición se ha visto incrementada por las consecuencias de la pandemia de COVID-19, que han despertado un creciente interés por los modos de vida saludables y una mayor preocupación por la contaminación.
Como gestores activos de inmuebles, hemos convertido los criterios de sostenibilidad en una parte fundamental de nuestros procesos de inversión y gestión de activos.
Lo más importante es que no solo es necesario mejorar los edificios nuevos, sino también los existentes. Esto es especialmente cierto en los países desarrollados, donde el área construida ya es sumamente grande y la mayoría de las edificaciones están hechas para perdurar en el tiempo. En Europa, más del 40% de los edificios se construyeron antes de 1960, y el 90% antes de 1990. Por otra parte, se calcula que el 80% de los edificios que utilizaremos en 2050 ya han sido construidos. Además, a decir verdad, a menudo resulta más ecológico rehabilitar los edificios existentes que construir otros nuevos.
Margen de mejora: Intensidad media del consumo energético por tipo de inmueble, kWh/m2

Fuente: GRESB, 2019.
Creemos que todos los tipos de activos inmobiliarios ofrecen oportunidades para realizar grandes mejoras medioambientales. Estas iniciativas pueden aportar un valor considerable a los resultados de los activos, por eso forman parte integrante de nuestra estrategia de gestión activa de los mismos. Además, a decir verdad, rehabilitar puede ser una opción más ecológica que construir desde cero. Un estudio reveló que las viviendas nuevas emiten 50 toneladas de CO2 durante el proceso de construcción, mientras que las rehabilitadas tan solo emiten 15 toneladas, y que se tarda alrededor de medio siglo en eliminar esa diferencia de emisiones.
La normativa es cada vez más favorable. La iniciativa “Fit for 55” de la UE, por ejemplo, incluye la exigencia de que los países aceleren la renovación de los edificios que no se consideren eficientes desde el punto de vista energético, así como políticas para fomentar el uso de madera en lugar de hormigón en la construcción.
Sin embargo, todavía queda mucho por hacer en lo que respecta a la creación de un marco normativo proactivo y a la provisión de los incentivos adecuados, incluidos planes financieros más ambiciosos para fomentar el reacondicionamiento. También se necesita un enfoque más unificado para medir los criterios de sostenibilidad, ya que el sector actualmente se basa en una selección dispar de certificaciones mundiales, regionales y nacionales para los edificios sostenibles, lo cual dificulta la realización de comparaciones fiables.
Como inversores, nuestro objetivo es que todos los edificios que poseamos sean lo más eficientes posible desde el punto de vista medioambiental. En nuestro edificio multiuso del centro de Madrid, por ejemplo, queremos instalar grifos con reducción de caudal que disminuyan el consumo de agua hasta en un 40%, ofrecer aparcamiento de bicicletas para los empleados y equiparlo con un sistema de iluminación circadiana.
El auge del Internet de las Cosas –impulsado por la mayor velocidad de las conexiones 5G a Internet– brindará aún más posibilidades de controlar los entornos de los edificios para lograr una eficiencia y un bienestar óptimos.
Creemos que invertir en la sostenibilidad de los edificios no solo constituye una forma de aportar valor para nuestros clientes, sino que también es la actitud más responsable para con nuestro planeta.