Las perspectivas de crecimiento de Alemania (AAA/estable) se han deteriorado significativamente desde el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania hace seis meses. Ahora esperamos que la economía alemana crezca sólo un 1,6% en 2022 y un 1,7% en 2023, frente al crecimiento superior al 4% este año y al 3% en 2023 que pronosticábamos anteriormente. En este escenario base, las fuertes subidas de los precios de la energía, junto con las nuevas interrupciones de las cadenas de suministro globales, provocarán una recesión técnica -una contracción económica en dos trimestres sucesivos- (¿Qué nivel de recesión sería necesario para frenar la inflación?) en la economía alemana, muy enfocada a la exportación, a partir del último trimestre de 2022.

Aun así, el ratio deuda/PIB de Alemania seguirá disminuyendo por debajo del 65% en 2027 debido a los bajos tipos de interés y a la rápida recuperación de los ingresos fiscales tras la pandemia.
Sin embargo, sigue existiendo una gran incertidumbre sobre el planteamiento de Rusia de exportar gas a Alemania y al resto de Europa para poder financiar su despliegue bélico y, al mismo tiempo, tratar de castigar a sus vecinos occidentales por su apoyo a Ucrania y la imposición de sanciones.
Gráfico 1: Previsiones de crecimiento y de deuda en relación con el PIB para Alemania en diferentes escenarios relativos a la crisis del gas.

Si las tensiones en los mercados del gas se alargan en el tiempo, se producirá un impacto más severo y los precios podrían duplicarse con respecto a los niveles del segundo trimestre de 2022 (según el modelo de IW Köln). Esto daría lugar a una recesión más pronunciada en la economía alemana de la contemplada en nuestro escenario base, lo que implicaría una ralentización del crecimiento en 2022 de alrededor del 1,3%, antes de una contracción del 0,7% en 2023. Así, dicha situación llevaría a la deuda sobre el PIB a superar el 72% en 2022 antes de disminuir gradualmente a partir de ese momento.
Este escenario es cada vez más probable, ya que la presión al alza de los precios es visible en los mercados de futuros de la energía, donde los precios se han duplicado con creces desde el segundo trimestre de 2022. Los máximos históricos de hoy en los contratos de futuros de energía europeos también reflejan la preocupación de los mercados por los obstáculos a la diversificación de Alemania para dejar de depender de las importaciones de gas.
La crisis del gas podría causar daños económicos a largo plazo
En un escenario aún más pesimista, en el que el presidente Vladimir Putin decidiera maximizar el daño económico para Alemania con interrupciones periódicas o permanentes de las exportaciones de gas, provocando una escasez aguda, la relación entre la deuda y el PIB se elevaría a algo más del 75% en 2024. Esto supondría un descenso del PIB del 6,6% respecto a nuestro escenario de referencia en 2022-2024 y una cierta degradación permanente del potencial de crecimiento de Alemania a medio plazo. En este caso, el crecimiento se situaría en torno al 1% en 2022, antes de sufrir contracciones del 2,1% en 2023 y del 0,7% en 2024, con una inflación de alrededor del 7% en 2022-24. Aunque el aumento de los niveles de almacenamiento de gas y la caída de la demanda estructural han hecho que este escenario sea menos probable este invierno, la limitada capacidad de almacenamiento de gas de Alemania deja una pequeña oportunidad para ajustar la combinación energética.
Gráfico 2: Previsiones de la deuda en relación con el PIB de Alemania en diferentes escenarios de crisis del gas % del PIB.

Sin embargo, los elevados márgenes fiscales acumulados antes de la pandemia, las reservas financieras y un marco de política fiscal sólido respaldan la resistencia fiscal y la sostenibilidad de la deuda de Alemania incluso en estas circunstancias. Aunque los daños económicos serían inevitables por la “militarización” de las exportaciones energéticas por parte de Rusia, Alemania mantiene una amplia capacidad financiera para aplicar nuevos alivios temporales, como la anunciada reducción del IVA sobre el gas en sus presupuestos generales de otoño, para apoyar a los consumidores en caso de que los precios del gas sigan subiendo. En el escenario pesimista, es probable que aumente la intervención del Estado en el sector energético, lo que podría incluir nuevas medidas del lado de la demanda, más allá del ahorro opcional de gas.
La reducción del consumo de gas será crucial
Los esfuerzos del Gobierno para asegurar el suministro de gas en Alemania antes del invierno siguen avanzando, lo que reduce los riesgos de que los precios suban o incluso haya escasez de gas. Las instalaciones de almacenamiento se llenaron al 83% a finales de agosto y, por tanto, están en camino de cumplir los objetivos del 85% para el 1 de octubre y del 95% para el 1 de noviembre, lo que sugiere que Alemania está cerca de contar con las reservas de gas necesarias para pasar este invierno.
A pesar del efecto rebote tras la pandemia, esperamos que el descenso estructural de la demanda energética en Alemania continúe en los próximos años. Los consumidores de bajo volumen, incluidos los hogares, han reducido la demanda en torno a un 6% desde marzo, tras la escalada de la guerra de Rusia contra Ucrania. Los consumidores industriales, por su parte, empezaron a reducir la demanda mucho antes, en agosto de 2021, cuando los precios del gas al por mayor aumentaron bruscamente. Esto ha llevado a una reducción media de la demanda industrial de alrededor del 11%.
Sin embargo, el gas natural seguirá siendo una fuente de energía crucial en Alemania, ya que representa alrededor del 40% del consumo total de energía de los hogares, más del 30% del consumo de la industria y alrededor del 13% de la generación de electricidad del país.
Cuanto más rápido reponga Alemania sus reservas de gas, diversifique sus fuentes de suministro y reduzca la demanda de gas de los hogares y la industria, menos ayuda financiera de emergencia necesitará en última instancia el Gobierno. Estas medidas requerirán la coordinación con otros miembros de la UE, lo que tranquilizaría a los participantes en los mercados del gas y permitiría a Berlín volver rápidamente a contar con unos presupuestos estructuralmente equilibrados, garantizando así la sostenibilidad de las finanzas públicas.