Peter Marber, CIO Mercados Emergentes en Aperture (parte del ecosistema de gestoras de Generali Investments)
Los precios de los activos de los mercados emergentes han recibido la influencia de tres fenómenos desde que estrenamos milenio:
- La fortaleza del dólar estadounidense.
- El crecimiento económico de China.
- La mayor estabilidad geopolítica asociada a una mayor actividad comercial transfronteriza.
El descenso de los tipos de interés en Estados Unidos y una pujante economía global ligada a China impulsaron la renta fija y variable de los mercados emergentes, pero en 2022 su influencia ha sido justo la opuesta: los vientos de cola se han convertido en vientos en contra. El dólar estadounidense ha adquirido fortaleza gracias a las subidas de tipos a máximos históricos y la economía china ha experimentado una desaceleración interna debido a las estrictas políticas de confinamiento dictadas para combatir la pandemia, que han repercutido negativamente en los precios de los valores y la deuda en todo el mundo. No debemos olvidarnos de la estabilidad geopolítica, a la que puso fin Rusia en febrero cuando invadió Ucrania y se adoptaron fuertes sanciones comerciales.
¿Cuándo amainará esta tormenta en los mercados emergentes?
A juzgar por lo ocurrido en ciclos anteriores, los precios de los activos de los mercados emergentes se mueven con unos meses de retardo tras la última subida de tipos en Estados Unidos. Por otra parte, es de esperar que la economía china vuelva a crecer a buen ritmo cuando el gobierno levante las restricciones anticovid. No obstante, las tensiones geopolíticas y las sanciones pueden mantenerse aún algún tiempo, lo que complica la tarea de predecir cuándo se producirá la tan ansiada tendencia alcista en los mercados emergentes.
Entretanto, los activos de los mercados emergentes — la deuda, la renta variable y las divisas— han experimentado una fuerte caída de precios en 2022, lo que representa una oportunidad para que los inversores aumenten su exposición a precios de ganga.
