El 31 de octubre se celebra Halloween, y hemos querido retroceder en el tiempo y hacer un repaso a los momentos más terroríficos de la historia de la bolsa, y del sector financiero en general. También hemos hablado con Jonathan Capelo, asesor patrimonial de Portocolom AV para saber qué momentos de la historia financiera cree que fueron más terroríficos.

Jonathan Capelo, asesor patrimonial de Portocolom AV
A lo largo de la historia los mercados de valores han generado infinidad de momentos de pánico y temor entre los inversores. Y curiosamente algunos de los más importantes se han producido en el mes de octubre. Si bien es cierto que tradicionalmente septiembre es el peor mes en cuanto a rentabilidades, en octubre han ocurrido varios de los momentos más dramáticos en los mercados de renta variable. ¿Puede que octubre sea un mes maldito para los inversores?

“Bajo mi punto de vista hay un evento que marcó un punto de inflexión y no fue otro que la Crisis del 29 y la posterior Gran Depresión de los años treinta.”
Jonathan Capelo, asesor patrimonial de Portocolom AV
En la década anterior, EEUU gozaba de la supremacía mundial tras salir victorioso en la Primera Guerra Mundial. Este dominio económico incontestable dio paso, entre otras cosas, a un estado de euforia de la ciudadanía, que animó a los pequeños inversores a probar fortuna en el mercado de valores, ya que se prometían grandes retornos producidos muy rápidamente. Prueba de ello fue que en el periodo comprendido entre 1924 y mediados de 1928 el índice Dow Jones incrementó cinco veces su valor. También se extendió en la época la compra de valores a crédito, es decir, los inversores se endeudaron para invertir en bolsa. Todo ello contribuyó a un incremento desmesurado de los precios de las acciones.
Muchos consideran el 24 de octubre como el inicio del Crash del 29. Ese día, todos los presentes en el parqué de Wall Street buscaban vender sus posiciones o la de sus clientes. Por primera vez no había posiciones compradoras, ya que en aquel entonces no existían Creadores de Mercado. Al día siguiente, y ante la gravedad de la situación varios banqueros decidieron reunirse en la sede de JPMorgan para respaldar ellos mismos al mercado de valores y disuadir el pánico vendedor, mediante compras masivas de empresas clave. En un principio funcionó, y la Bolsa comenzó a subir el viernes por la tarde. No fue hasta el siguiente lunes, conocido como Lunes Negro del 29, cuando el mercado sorprendió a todos y el índice Dow Jones se desplomó un 13%. Al día siguiente, 29 de octubre, conocido como Martes Negro, el Dow Jones cayó otro 12%. Se vendieron 16 millones de acciones, lo que supuso un récord histórico no superado hasta 1969. La Bolsa perdió entre esos dos días 14.000 millones de dólares.
Como hemos comentado, una de las grandes fatalidades de esta crisis bursátil fue que afectó directamente al inversor minorista, cuando anteriormente estaba reservada para inversores institucionales. Además, con la inversión a crédito, muchos perdieron todo lo que tenían. Sin liquidez disponible, muchas fábricas cerraron, por lo que el desempleo se disparó. En definitiva, un efecto dominó que afectaría a la economía y a la sociedad no sólo de EEUU, sino también de Europa y del resto del mundo, siendo esta crisis la primera a nivel global, sin precedentes anteriores.