El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) ha cumplido con lo previsto y ha elevado los tipos de interés del país en 75 puntos básicos. Con ello, han alcanzado un rango objetivo de entre el 2,25% y el 2,5%, lo que supone su nivel más alto desde diciembre 2018.

El banco central ha apuntado a que llevará a cabo más subidas de los tipos de interés en los próximos meses, aunque no ha despejado dudas sobre el ritmo de subidas ni hasta cuándo se prolongarán.
Esta decisión de la Fed llega después de conocerse los datos de desempleo en EE.UU., que se situó en el 3,6%, mientras que la economía del país norteamericano experimentó una contracción del 0,4% de su PIB en el primer trimestre.
Tras conocer esta nueva subida, en línea con lo esperado por la mayoría de analistas, preguntamos a los profesionales del sector por su valoración y expectativas de futuro.

Christian Scherrmann, U.S. Economist de DWS, considera que, con esta decisión, la Fed demuestra “su serio compromiso con la reducción de la inflación” y, además, “no impide el crecimiento: ni apoya ni obstaculiza la economía”.
Sin embargo, Scherrmann estima que el banco central “ha empezado a reconocer lo que ya se discute ampliamente en otros lugares: el impulso económico se está suavizando”. Pero, a pesar de ello, “la Fed tiene que centrarse en una inflación todavía demasiado alta, y los mercados laborales, el principal indicador de la economía real para la Fed, le dan margen para hacerlo”.
Además, recuerda este analista que el presidente de la Fed, Jerome Powell, “hizo énfasis en la postura hawkish de la Reserva Federal, insinuando que una desaceleración en el impulso económico podría no ser suficiente para que la Fed se vuelva dovish”. Lo que la Fed está buscando, añade este profesional, “es una gran desaceleración en otros lugares; una ‘prueba convincente’ de que la inflación está disminuyendo” y añade que esto “podría no ocurrir pronto”, por lo que la Fed mantiene la puerta abierta a una nueva subida de 75 puntos básicos.
“Tras la respuesta de emergencia, la lucha contra la inflación de la Fed podría empezar a ser un poco más comedida“, concluye Scherrmann.

Por su parte, Charles Diebel, director de Renta fija de Mediolanum International Funds Limited (MIFL), ve relevante que, en el discurso de Powell, “reconoció que el gasto y la producción se estaban debilitando a pesar de las aún sólidas condiciones de empleo”.
En esta línea, tras escuchar a Powell y conocer esta nueva subida de los tipos de interés, Diebel concluye: “Este es el primer reconocimiento de la ralentización de la economía estadounidense y, a su vez, es el primer paso que señala una ralentización del ritmo de subidas de tipos. La magnitud de las nuevas subidas dependerá en gran medida de los datos sobre la inflación a corto plazo, pero si se mantiene la trayectoria actual, cabe esperar que el FOMC reduzca el ritmo de las subidas a medida que avance el año. Además, el hecho de que la tasa de interés terminal no parezca haber cambiado pone de manifiesto que se está avanzando hacia el final del ciclo actual”.

Igualmente, Hernán Cortés, socio fundador de Olea Gestión y cogestor del fondo Olea Neutral, coincide en que la Fed ha tomado una “decisión sin sorpresa” y subraya que la Fed tiene un doble objetivo: controlar la inflación y favorecer el crecimiento del empleo, que viene a ser igual que facilitar el crecimiento económico.
“El BCE, sin embargo, solo tiene el mandato de controlar la inflación. El gobernador de la Fed, Jerome Powell, ha dicho expresamente que el foco actualmente está en bajar la inflación hasta niveles cercanos al objetivo del 2%. Parece lógica esta decisión y este enfoque ya que el desempleo en EE.UU. está actualmente en mínimos históricos. Por esta misma razón, Powell ha declarado que no espera una recesión a corto plazo en EE.UU. Reforzando esa expectativa es destacable que en EEUU haya 11 millones de ofertas de empleo y un paro de 7 millones aproximadamente”, concluye Cortés.

Desde Global X, Morgane Delledonne, Head of Investment Strategy Europe, explica que en esta entidad ven “más riesgo de una sorpresa de tipo dovish a medida que avanzamos en el segundo semestre, en medio de una marcada desaceleración económica, un bajo nivel de confianza empresarial y una mayor diversidad en la presentación de resultados del segundo trimestre, así como una desaceleración mundial”.
“En general, -continúa Delledonne- el dólar estadounidense debería mantenerse fuerte frente al euro, pero cabría esperar una menor divergencia entre la Fed y el BCE. Ambos dejarán de ofrecer orientaciones a futuro y dependerán de los datos. Es probable que veamos un aterrizaje suave en EE.UU., mientras que Europa se enfrenta a vientos en contra más fuertes en el frente de la energía que apuntan a una recesión más aguda tal vez antes de fin de año”.

James Athey, investment director de abrnd, ve probable que los inversores “se aferren a la negativa del presidente a dar cualquier orientación futura (forward guidance) y, en su lugar, imitar al BCE en su postura de ir “reunión a reunión” como muestra de que el deterioro de los últimos datos económicos ya está sometiendo a prueba la decisión de la Fed de seguir pisando fuerte el freno económico“.
“¿Acaba de dar Powell el primer paso hacia otro cambio de rumbo? La respuesta obvia a esta interpretación es una curva de rendimiento más pronunciada, un dólar más débil y unos activos de riesgo más fuertes. El problema, por supuesto, es que estos mismos movimientos del mercado actúan para relajar aún más las condiciones financieras en un momento en el que la inflación se mantiene en un máximo de 40 años. No es el resultado que nadie en el edificio Eccles hubiera querido ver”, pone de relieve Athey.

Sebastien Galy, responsable de estrategia macroeconómica de Nordea AM, expone que la Fed está “librando una batalla contra la inflación que puede durar muchos meses” y, de hecho, “no está segura de cuánto tiene que apretar, ya que es muy difícil prever la inflación debido a las no linealidades, la dinámica de los grupos pequeños y los desfases”.
“Lo que hemos visto es que algunos bancos centrales de los países emergentes persiguen la inflación y la endurecen, pero no está claro si esta es la situación en los EE.UU., y los datos del segundo trimestre deberían darnos una idea más clara. Lo que sabemos de empresas como Walmart es que una parte de la población está enfocándose en bienes de primera necesidad y es mucho más sensible a los precios, mientras que el impulso económico general parece seguir siendo sólido, al menos como lo demuestra el mercado laboral. Lo más probable es que la Reserva Federal siga yendo a la zaga de la inflación y que se produzca un mayor endurecimiento, ya que el mercado laboral está demasiado ajustado, especialmente con la probable baja inmigración legal e ilegal”, considera Galy.

Salman Ahmed, responsable global de Macroeconomía y Asignación Estratégica de Activos de Fidelity International, adviertde de que “corremos el riesgo de que la Fed endurezca su política con demasiada fuerza y demasiado rápido, lo que haría inevitable un aterrizaje forzoso”.
Igualmente, recuerda que los mercados han moderado el nivel de los tipos terminales en este ciclo hasta alrededor del 3,25%, con un perfil de mayor concentración inicial de las subidas. “Estamos de acuerdo con este planteamiento actual, pero pensamos que a corto plazo la Fed podría volver a subir tipos llevada por los datos económicos (retrasados). A la vista de las presiones para reducir de forma apreciable la inflación a través de la política monetaria, las señales contradictorias hacen que la evolución a corto plazo de la política de la Fed siga siendo incierta“, prevé Ahmed.

Por parte de PIMCO, su economista para América del Norte, Tiffany Wilding, destaca que el mercado del Tesoro “subió en respuesta a la declaración y a los comentarios de Powell, sugiriendo que los mercados estaban valorando el riesgo de una acción más agresiva a la luz de las recientes sorpresas de la inflación”.
De hecho, continúa Wilding, la inflación en gran parte del mundo ha sido más persistente de lo que muchos banqueros centrales preveían. “Esto ha suscitado la preocupación de que pueda ser necesaria una recesión -y no sólo un periodo de crecimiento por debajo de la tendencia- para restablecer la estabilidad de los precios”, añade.
Igualmente, ha subrayado que, aunque hay incertidumbre en torno al nivel exacto del tipo de los fondos federales que es coherente con la orientación ‘modestamente restrictiva’ proporcionada por el presidente Powell, “lo que está claro es que los funcionarios del FOMC no creen haberlo alcanzado todavía, y podría estar más cerca del máximo del 4% en 2023 en la previsión mediana del tipo del SEP proporcionada en junio”.

Pablo Duarte, analista senior del Instituto de Investigación Flossbach von Storch, coincide en que “el fuerte mercado laboral indica que no se ha llegado a una recesión y le da pie a la Fed para seguir su curso“. En cuanto a la guía futura, “al igual que el Banco Central Europeo, el comité de la Reserva Federal prefirió no dar una guía específica y anunció que las decisiones se tomarán con cada reunión dependiendo de los datos macroeconómicos. El no anunciar con certeza otro aumento igual de fuerte en la próxima reunión en septiembre dio un alivio inmediato a los mercados, pero aumenta la incertidumbre y por ende la volatilidad. Las reacciones de los mercados a los próximos datos macroeconómicos se moverán con las especulaciones acerca de la reacción de la Fed al contexto macroeconómico de los próximos meses”.
Para la tasa de cambio Euro / Dólar, Duarte comenta que esta decisión “implica que a mediano plazo se seguirá moviendo cerca a la paridad, a menos que la economía americana se enfríe drásticamente y la Fed decida parar sus incrementos de tasas o que el BCE decida aumentar su tasas de interés más fuertemente de lo esperado, lo que hoy es poco probable”.

Jack Janasiewicz, gestor de fondos y estratega de Natixis IM Solutions, considera este anuncio de la Fed “aburrido y sin novedades“. “Lo mismo de siempre. Hablar con dureza y hacer saber al mercado que están al tanto”, ha señalado en este sentido.
“Una nota interesante: el fin de la orientación futura (forward guidance). La Fed depende ahora de los datos en cada reunión, haciéndose eco de los comentarios de la presidenta del BCE, Lagarde. ¿Qué es lo que ha hecho que los toros se pongan en marcha? Powell insinuó que depende un poco más de los datos, señalando que otra subida inusualmente grande (léase 75 puntos básicos) del tipo de los fondos federales dependería de los datos. Además, añadió que también podría ser apropiado ralentizar las subidas de tipos en algún momento en el futuro. ¿Preparando el escenario para un giro dovish? Eso es lo que ha puesto en marcha el mercado. Sin reunión de la Fed prevista para agosto, hay muchos datos que digerir de aquí a la reunión de septiembre, suponiendo que Jackson Hole siga siendo tranquilo. La dependencia de los datos se da en ambos sentidos. Si los datos siguen siendo buenos, la Reserva Federal se reserva el derecho a subir. Si los datos se relajan, la Fed tiene la opción de retroceder. Un giro dovish dependerá de los datos”, agrega el gestor de fondos y estratega de Natixis IM.

Por parte de Schroders, su economista jefe, Keith Wade, opina que “es probable que la ralentización de la economía siga evidenciándose a través de un mercado inmobiliario y un comportamiento del consumidor más débiles. A su vez, esto debería traducirse en un mercado laboral más débil, como respuesta a una reducción de las ventas por parte de las empresas”.
“El reto consistirá en la rapidez con la que disminuya la inflación. El descenso de los precios de las materias primas y la relajación de los cuellos de botella de las cadenas de suministro sugieren que veremos una menor inflación en el sector de bienes. Sin embargo, la rigidez del IPC general se podría mantener, ya que la inflación del sector servicios tardará en moderarse. En consecuencia, los riesgos se inclinan todavía hacia la necesidad de que la Reserva Federal genere una recesión para controlar la inflación“, sentencia Wade.
Los expertos de J. Safra Sarasin SAM (JSS SAM) apuestan por que la Fed subirá los tipos otros 50 pb en su reunión de septiembre del FOMC, pero luego las impresiones de la inflación deberían permitirle cambiar a subidas de 25 pb en sus reuniones de noviembre y diciembre. “Es probable que la Fed vuelva a pivotar hacia una postura más dovish y prevemos que el primer recorte de tipos se produzca ya el próximo verano”, consideran.
Asimismo, prevén que, “aunque los alquileres deberían contribuir a una mayor inflación subyacente en el segundo semestre de este año -manteniendo la presión sobre la Fed para que endurezca su política a corto plazo-, la desaceleración de la demanda y los crecientes riesgos de recesión, así como la fortaleza del dólar, deberían pesar sobre las presiones inflacionistas en los próximos 12-18 meses”.
“Para los mercados de renta fija, esto significa que la curva de rendimientos seguirá sometida a presiones de aplanamiento durante los próximos meses, pero a medida que el banco central reduzca su ritmo de endurecimiento este otoño, es probable que el próximo gran movimiento sea un incremento de la curva a medida que el mercado comience a prepararse para recortes de tipos más adelante”, concluyen.

David Page, head of Macro Research de la gestora de fondos AXA Investment Managers, alerta sobre que “la economía está mostrando rápidamente signos de debilitamiento; hay señales de relajación en el mercado laboral -aunque sólo el comienzo, como reconoció Powell- y las conversaciones sobre la recesión están aumentando. Y nuestra impresión fue que la conferencia de prensa de Powell fue un poco menos incendiaria y agresiva de lo que había sido en junio”.
En este sentido, desde AXA IM piensan que “la Fed suavizará el ritmo de subidas en las próximas reuniones a 50 puntos básicos en septiembre, 25 puntos básicos en octubre y dejará los tipos sin cambios en el 3,25% en diciembre. En caso de que la Fed se muestre más ágil a la hora de desacelerar el ritmo de subidas, creemos que mantendrá los tipos en esos niveles durante la mayor parte de 2023″.
“Los mercados financieros parecen llegar a conclusiones similares. En general, las condiciones financieras se han relajado, lo que sugiere que el endurecimiento será menor de lo que se temía. Sin embargo, puede que esa no sea una conclusión a la que la Fed esté contenta de que los mercados lleguen“, añade Page.