Actualmente nos encontramos en una época emocionante llena de retos y desafíos para la movilidad en un entorno dinámico y en continua transformación. Las nuevas propuestas tecnológicas se suceden para aportar nuevas soluciones a las necesidades actuales.
Debemos ser conscientes de que vivimos en una de las épocas de mayor transformación en la historia del sector del automóvil. Esto puede ser analizado como una amenaza o una oportunidad para ofrecer soluciones reales y nuevos productos para millones de personas, e incluso ayudar a cambiar el modo en el que el mundo se desplaza.
A continuación citamos las cuatro megatendencias en las que se centran las ideas de las grandes compañías acerca de la innovación en movilidad:
Urbanización: Se estima que de aquí a 2030 habrá 41 megaciudades con poblaciones de más de 10 millones de habitantes en comparación las 28 actuales, sometiendo a una gran presión y creando necesidad de vehículos, ciudades y carreteras más inteligentes.
Crecimiento rápido de la clase media global: Los expertos sugieren que la clase media global doblarán su tamaño hasta alcanzar 4.000 millones en 2030. Gran parte de esta pujante clase media aspirará a tener un vehículo en propiedad, creando una obligación para que los fabricantes de automóviles busquen solución a un potencial colapso global de la circulación.
Problemas de calidad del aire: El creciente número de vehículos crea la necesidad de que los fabricantes de automóviles busquen solución a los problemas de calidad del aire mediante la fabricación de motorizaciones alternativas más eficientes.
Cambio de las actitudes de los consumidores: Las generaciones más jóvenes tienen distintos hábitos de movilidad – especialmente en Europa, donde los sistemas integrados de tránsito urbano ofrecen una alternativa creíble a tener un vehículo en propiedad
Conocemos a los vehículos autónomos como una de las tendencias tecnológicas más prometedoras de cara a los próximos años y el inversor ya puede invertir en esta megatendencia con un largo recorrido si analizamos datos como que a finales de 2026 se espera que hayan más de 50 millones de vehículos autónomos en las carreteras.
A continuación comparamos los fondos BNY Mellon Mobility Innovation Fund y BGF Future of Transport Fund, centrados en el desarrollo de estas nuevas formas de movilidad:
BNY Mellon Mobility Innovation Fund – USD W (Acc.)
ISN: IE00BZ1HLV20
Se trata del primer fondo temático que la firma lanza en Europa, gestionado por el equipo de inversión que lidera Sean Fitzgibbons en The Boston Company, una de las firmas que integran BNY Mellon Asset Management North America, el BNY Mellon Mobility Innovation Fund (el «fondo») replicará la exitosa estrategia lanzada en Asia a principios de este año, cuyo patrimonio ya alcanza los 3000 millones de dólares. La firma acumula más de 15 años de experiencia en inversiones temáticas y el equipo de inversión cuenta con una experiencia media de 28 años en el sector.
El fondo se propone generar crecimiento del capital a largo plazo mediante la inversión en empresas disruptivas de todo el espectro de capitalización de mercado que están transformando cómo usamos, proveemos de energía y controlamos nuestros medios de transporte. Para ello, invertirá en una amplia gama de empresas de múltiples sectores de actividad relacionadas con el tema de la innovación en movilidad, lo que incluye las extensas capacidades de software e infraestructura de datos necesarias para hacer posible la conducción autónoma, los sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS, por sus siglas en inglés), el rápido aumento de la demanda de vehículos eléctricos derivado de los cambios regulatorios en el campo de las energías limpias y la popularización de las aplicaciones de movilidad compartida.
El fondo estará disponible para su comercialización en Alemania, Dinamarca, Francia, Italia, Países Bajos, Reino Unido y Suiza, entre otros países.
«Nuestro enfoque en inversión temática es diferente. Como las temáticas pueden abarcar empresas de distintos tamaños en diferentes sectores y zonas geográficas, resulta vital adquirir un conocimiento profundo de las oportunidades de inversión a largo plazo gracias a una plataforma de análisis global formada por analistas experimentados. Lamentablemente, muchos inversores temáticos acaban expuestos principalmente a las grandes capitalizadas que dominan los índices»
Sean Fitzgibbons, gestor principal del BNY Mellon Mobility Innovation Fund
BGF Future of Transport Fund
Class A2 USD – LU1861214812
Lanzado en septiembre de este año por la gestora BlackRock, el fondo por se concentrará en empresas que generan ingresos a través de la transición a vehículos eléctricos, autónomos o conectados digitalmente. En condiciones normales del mercado, el Fondo invertirá en una cartera de valores de renta variable de empresas de elevada, mediana y pequeña capitalización bursátil que participan en alguna de las siguientes actividades: materias primas (como metales y materiales para baterías), componentes y sistemas informáticos (como baterías y cables), tecnologías (como tecnologías de sensores para vehículos) e infraestructuras (como estaciones de carga para vehículos eléctricos).
El fondo cuenta con los siguientes gestores: Alastair Bishop, Charles Lilford y Hannah Gray y entre sus 10 primeras posiciones encontramos empresas como: Infineon Technologies AG, Texas Instruments INC, Renault SA o LG CHEM LTD.
Aunque es probable que la mayor parte de las inversiones del fondo se haga en empresas establecidas en mercados desarrollados de todo el mundo, el fondo también podrá invertir en mercados emergentes.
El asesor de inversiones (AI) de este fondo puede utilizar instrumentos financieros derivados (IFD) con fines de inversión para lograr el objetivo de inversión del fondo o de reducir el riesgo en la cartera del fondo, reducir los costes de inversión y generar ingresos adicionales. El Fondo puede, a través de IFD, generar distintos niveles de apalancamiento de mercado (es decir, cuando el Fondo incurre en una exposición de mercado superior al valor de sus activos).
Además, desde BlackRock no recomiendan este fondo para inversiones a corto plazo. Sus acciones serán no distributivas y estarán denominadas en dólares estadounidenses, la moneda base del Fondo. La inversión inicial mínima para esta clase de acciones es de 5.000 USD o su equivalente en otra moneda. En una escala de riesgo 1-7 la gestora califica el fondo con un riesgo 6, debido a la naturaleza de sus inversiones.