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Mercados emergentes versus mercados desarrollados
Perspectivas de mercado

Mercados emergentes versus mercados desarrollados

Alejandro Guin-Po, Economista de LarrainVial AM y Robert Horrocks, PhD CIO de Matthews Asia nos dan su opinión sobre la situación actual de estos mercados.
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28 DIC, 2022

Por Constanza Ramos

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En términos financieros, los mercados emergentes son países en vías de desarrollo con niveles de renta per cápita inferiores a los de los países desarrollados. Los mercados desarrollados, por su parte, son países con economías avanzadas y sistemas financieros bien desarrollados.

Dado que los bancos centrales de las economías emergentes se adelantaron y empezaron a subir los tipos de interés antes que los bancos centrales de las economías desarrolladas, Alejandro Guin-Po, Economista de LarrainVial Asset Management y Robert Horrocks, PhD CIO, de Matthews Asia nos dan su opinión sobre cómo afecta esto a los mercados y si los mercados emergentes pueden representar una alternativa más atractiva.

¿Cuál es su visión sobre el estado de las economías emergentes versus las desarrolladas?

Alejandro Guin-Po: Actualmente, estamos volviendo a una realidad en que las economías emergentes vuelven a crecer en promedio a una tasa mayor que las desarrolladas, lo que es una relación histórica que se había roto en los años posteriores a la pandemia. A su vez, las presiones inflacionarias continúan siendo fuertes en gran parte del mundo, pero – fuera de condiciones inherentes a cada país – vemos que están disminuyendo por la reducción en tarifas marítimas, costos de transporte y normalización en las cadenas de suministros, así como también menores presiones de demanda como consecuencia de una economía que se está desacelerando.

Robert Horrocks: El estado actual de los mercados emergentes me parece mucho más susceptible al miedo que a la codicia. Podría señalar muchas ventajas de los mercados emergentes, pero probablemente muchas más ventajas de las que han disfrutado los mercados occidentales en la última década. Creo que los inversores están decepcionados con los mercados emergentes, salen de ellos y se sienten mucho más cómodos en sus mercados de origen. Este es particularmente el caso en los EE.UU. En Europa, tal vez menos, ya que esperan con preocupación la próxima recesión, probablemente pronunciada. Las tensiones entre China y Estados Unidos se ciernen sobre los mercados emergentes, al igual que la posibilidad de que el mundo se esté dividiendo en dos esferas de influencia. En ese sentido, ¿quizás dejemos de utilizar los términos desarrollado y emergente y empecemos a utilizar términos diferentes? Estados Unidos ya está formulando las cosas como autocracia frente a democracia, pero se podría decir fácilmente productores frente a consumidores, o colectivo frente a individualista, o ahorradores frente a derrochadores. ¿Quizás eso también justifique un cambio en la forma de ver las carteras? 

¿Cómo está influyendo el hecho de que las economías emergentes hayan comenzado a elevar los tipos de interés antes que las desarrolladas?

Alejandro Guin-Po: El hecho de que las economías emergentes hayan comenzado a subir sus tasas de política monetaria con anterioridad a las desarrolladas definitivamente ha ayudado en su convergencia inflacionaria y especialmente en sus expectativas, destacando el hecho de que usualmente los bancos centrales de países emergentes eran “seguidores” de sus pares en países desarrollados. El caso más notable es Brasil, que fue uno de los primeros países que comenzó un agresivo ciclo de alza de tasas hace casi dos años y que hoy mantiene expectativas de inflación casi en el límite superior del mandato de su banco central. En contraste, otros entes emisores como la Fed y el BCE han reconocido tácitamente como un error haber demorado su normalización y han impulsado potentes alzas de tasas, en respuesta a niveles de inflación que no se habían alcanzado en las últimas cuatro décadas y a los que no estábamos acostumbrados. 

Robert Horrocks: Uno de los aspectos de este ciclo es exactamente lo que se ha señalado: las economías emergentes no esperaron a que la Fed empezara a subir el tipo de interés y luego lo siguieron a regañadientes. Los mercados emergentes se han mostrado mucho más resistentes y confiados a la hora de gestionar su propia política monetaria. Obviamente, el dólar sigue tendiendo a fortalecerse en momentos como éste. Pero, en general, no hemos asistido a una crisis monetaria. Una o dos divisas (pienso principalmente en Turquía) se mantienen a flote gracias a una especie de diplomacia del petrodólar por parte de Arabia Saudí y Rusia. Sin embargo, en su mayor parte, los mercados emergentes han resistido con éxito.

¿Qué opina de la situación respecto de la deuda pública de ambas economías?

Alejandro Guin-Po:  La situación de la deuda responde a una cuestión fundamental, que es la confianza detrás de la capacidad de pago. Por ejemplo, Estados Unidos mantiene una deuda en torno al 130% del PIB y aún así se mantiene como uno de los acreedores más seguros del mundo, en contraste con otros países que, con un nivel de deuda más bajo, como Colombia – con una deuda levemente superior al 60% del PIB – perdieron el grado de inversión. Desde esa perspectiva, efectivamente las condiciones financieras globales más estrechas han hecho que la preocupación sobre los países más endeudados crezca, especialmente aquellos que mantiene un mayor porcentaje de su apalancamiento en dólares, que es una variable muy relevante también. Por ejemplo, no es lo mismo Brasil o Chile que tienen una parte relevante de su deuda en moneda doméstica en contraste con varias naciones africanas que mantienen su deuda dolarizada. 

Robert Horrocks: En general es más baja en los mercados emergentes, pero eso se debe a que la gente está menos dispuesta a mantener deuda de mercados emergentes en momentos de tensión. Sin embargo, la cuestión clave con la deuda no es el nivel, sino más bien la velocidad de acumulación de la deuda y la capacidad de atender los tipos de interés. Creo que la gente se preocupó cuando la deuda de China aumentó rápidamente. Sin embargo, ha reducido el ritmo de expansión de la deuda y los tipos de interés actuales sugieren que no hay problemas para atender el servicio de esa deuda pública. De hecho, China ha tenido algo más de éxito a la hora de persuadir a algunas naciones extranjeras para que mantengan su deuda. Sospecho que tendrá cada vez más éxito a medida que siga reformando sus mercados de capitales. En última instancia, es probable que domine los índices de deuda de los mercados emergentes y quizás se convierta en su propia clase de activos.

En estos momentos ¿están siendo más atractivos los mercados emergentes? ¿Es el momento de entrar?

Alejandro Guin-Po: Definitivamente, los mercados emergentes – en especial renta fija emergente – se ha vuelto mucho más atractiva hacia esta última parte del año, por los mejores catalizadores de crecimiento y porque es esperable que ofrezcan retornos reales positivos debido al nivel de tasas alcanzados recientemente. Dado eso, es una oportunidad interesante ir construyendo una posición en mercados emergentes considerando el riesgo que esto conlleva y que aún mantenemos una elevada volatilidad en los mercados. Por lo tanto, lo más recomendable es actuar de forma prudente, siendo cuidadosos a la hora de seleccionar los instrumentos deseados y teniendo en consideración la exposición que estos conllevan. Este último punto es el más relevante considerando que si bien las expectativas de alza de tasas por parte de la Reserva Federal se han moderado, el ciclo aún no ha finalizado

Robert Horrocks: Tienen una valoración más barata. Sin embargo, la calidad general de las empresas es inferior por término medio a la de EE.UU. Si nos limitamos a observar el rendimiento de los índices de referencia, puede resultar decepcionante. Sin embargo, sigue siendo un gran universo para la verdadera gestión activa y la selección de valores. También me gustaría señalar que en gran parte de los mercados emergentes, tanto las fuerzas económicas como las políticas han favorecido al trabajo en detrimento del capital. Cuando miramos a nuestros propios mercados, en alza, tenemos que recordar que son relativamente caros en beneficios que pueden ser máximos seculares con tasas más lentas de crecimiento económico. Y tal vez parte de lo que consideramos la superioridad de los beneficios de las empresas occidentales se deba a la voluntad de sacrificar los sindicatos y el crecimiento salarial. Nadie sabe si esto es políticamente sostenible o no, pero sugiere que el crecimiento de los beneficios a largo plazo, ya restringido por un menor crecimiento económico, puede correr el riesgo de una compresión salarial secular. En comparación, los salarios y los beneficios parecen estar mucho mejor equilibrados en muchas economías emergentes.

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