Cuando pensamos en el final de 2021, y mirando hacia 2022, somos razonablemente optimistas sobre el telón de fondo. El crecimiento debería configurarse bastante bien para 2022.

Somos optimistas en varios sectores, no solo los bonos de empresas de mercados desarrollados, bonos de alto rendimiento, Estados Unidos y Europa. También estamos positivos sobre bonos de mercados emergentes, con una fuerte preferencia por los bonos soberanos y de compañías denominados en dólares, o lo que se llama moneda dura.
En el espacio de bonos soberanos, tenemos una fuerte preferencia por los bonos con calificación BB o B debido a la valoración que ofrecen actualmente. Y creemos que los vientos de cola que hemos visto por el fuerte crecimiento deberían continuar, especialmente a medida que la vacuna covid se implementa a nivel mundial. El comercio está empezando a repuntar a nivel mundial. También creemos que la administración Biden apoyará mucho más a sus socios comerciales a nivel mundial. Todo esto, debería ser un apoyo para los mercados emergentes.
En el lado corporativo, tenemos preferencia por la parte entre la deuda de grado de inversión y la deuda de alto rendimiento o high yield. Por lo tanto, nos gustan tanto las compañías que tienen calificación BBB como BB. Los diferenciales no son tan atractivos en el lado corporativo, pero la diversificación ofrecida nos permite construir carteras con unas rentas atractivas, una fuerte liquidez y un potencial de apreciación de precios si el crecimiento de los mercados emergentes se muestra tan fuerte como nosotros esperamos para 2022.
Dentro de la parte corporativa del mercado desarrollado, nos gusta el high yield de Estados Unidos, a pesar de que los diferenciales están muy por debajo de los promedios a largo plazo. Creemos que hay un riesgo limitado de caída, específicamente porque la calidad crediticia promedio del mercado de alto rendimiento de los Estados Unidos ha aumentado notablemente en los últimos 18 meses.
Cuando pensamos en activos titulizados, hay dos categorías clave: una es el mercado inmobiliario residencial y la otra mercado inmobiliario comercial, dos posiciones totalmente diferentes en los mercados de capitales actuales.
En el lado residencial, los fundamentos son extremadamente fuertes. Los valores que nos gustan son de tipo flotante por naturaleza. Son préstamos que se han proporcionado a propietarios de viviendas que tienen mucho capital acumulado. Así, en los últimos 18 meses, hemos visto una fuerte apreciación del precio de la vivienda. Esperamos que esto continúe.
Eso contrasta, sin embargo, cuando lo comparamos con el mercado inmobiliario comercial. Los inversores todavía están nerviosos porque el mercado inmobiliario comercial en los Estados Unidos no se haya abierto por completo. Esa preocupación viene principalmente por dos partes clave: el comercio minorista y el alojamiento. Observamos los precios en esos dos sectores y vemos que el binomio rentabilidad / riesgo parece extremadamente atractivo. Las rentabilidades ajustadas a pérdidas, incluso en un mal entorno, están ofreciendo una oportunidad para los inversores que, si están invertidos durante los próximos 12 a 24 meses, pueden obtener rentabilidades potenciales entre el 8% y el 10%.
Cuando pensamos en el riesgo, algunas cosas que tenemos que tener en cuenta son:
1. Cómo de agresivamente la Fed va a subir los tipos para combatir la inflación y las expectativas inflacionistas. Nuestra perspectiva para el IPC subyacente del próximo año está entre el 2,5% y el 3%. Creemos que la Fed debería subir tipos, más adelante, en 2022. También estamos observando las expectativas de inflación. Y si los consumidores o las empresas comienzan a cambiar su comportamiento real, lo que significa gastar más ahora porque los precios van a subir en el futuro cercano, entonces la Fed también tendrá que reaccionar con aumentos de tipos más numerosos y más rápidos. Pero este no es nuestro escenario base.
2. El segundo riesgo en el que centrarse sería el crecimiento económico de China, y específicamente el sector inmobiliario. En este momento, la vivienda en China representa casi el 29% de su economía y ha impulsado gran parte del crecimiento desde la crisis financiera mundial. Y, con el mercado de la vivienda bajo presión, el impacto negativo en su economía tiene a los inversores algo preocupados. No tuvimos mucha exposición directa en 2021. Pero en este momento, en el nivel de precios actual de los bonos del sector inmobiliario chino, estamos empezando a verlo como una oportunidad atractiva para generar rentabilidad para nuestros clientes. Creemos que el mercado inmobiliario de China es una industria sistémicamente importante y que el apoyo político está por llegar, a pesar de que ha tomado más tiempo de lo que a los inversores les hubiera gustado ver.
Para 2022, somos optimistas sobre nuestras estrategias barbell de crédito. Los rendimientos de los bonos del Tesoro de los Estados Unidos han aumentado, y creemos que este es un momento atractivo para comenzar a aumentar cantidades modestas de duración para equilibrar el riesgo crediticio que proviene del crédito de los mercados desarrollados, tanto en los Estados Unidos como en Europa.