En las últimas semanas son muchas las gestoras que ya hablan de la temida palabra por todos: recesión. Es decir, una reducción o pérdida generalizada de la actividad económica de una región o un país concreto. El Banco Central Europeo, en su última reunión del 9 junio, reconocía que nos esperan meses complicados con trimestres de crecimiento débiles y el posible riesgo de una recesión técnica.

Las correcciones y los mercados bajistas forman parte de la inversión en renta variable, pero su magnitud suele depender de si van acompañados de una recesión económica.
“Aunque actualmente no prevemos una recesión en los Estados Unidos, los riesgos se inclinan hacia una. Las recesiones no siguen necesariamente a un mercado bajista, aunque las probabilidades no son favorables si se mira la historia. Desde el año 1900, la economía estadounidense sólo ha conseguido evitar una recesión el 30% de las veces que se ha producido un mercado bajista”, según apunta Tina Fong, estratega de Schroders.
“La economía global se está desacelerando“, advierten desde Muzinich & Co. “Los PMIs adelantados de esta semana sobre la economía estadounidense y las economías de la Eurozona lo dejan claro. Si el catalizador del colapso de la confianza ha sido la postura hawkish de los bancos centrales, y el endurecimiento de la política en vigor, es probable que la política monetaria actual no sea lo suficientemente restrictiva para que se puedan alcanzar los objetivos inflacionistas“, indican desde la gestora. Para reforzar su hipótesis, se basan en “el modelo de recesión de JP Morgan en el que las probabilidades de recesión en EE. UU. han aumentado al 36%. “La confianza de los consumidores es el componente principal del modelo, que también es el preferido de Muzinich para medir el sentimiento de los inversores”.
Para el CIO de la gestora Ostrum AM, Ibrahima Kobar, “una recesión, tanto en EE.UU. como en Europa parece ahora muy probable, ya que las economías tienen dificultades para absorber tantos shocks negativos simultáneos. Un accidente del mercado es también una posibilidad que no podemos descartar. La segunda, es que en este caso, los bancos centrales abandonarían su monomanía con la inflación y finalmente tendrán en cuentan el crecimiento en sus decisiones. En este escenario, el ritmo de endurecimiento bajaría, con unas expectativas de mercado que probablemente son muy altas. Esto conduciría a final de año una relajación de las tasas. La cuestión es dónde está el punto de inflexión, cuándo pararán los bancos centrales”.
Los expertos de Evli Fund Management indican que la recesión en los Estados Unidos tiene un 50% de posibilidades de producirse en los próximos 12 meses, y a nivel global es más probable y en un menor tiempo. “Las previsiones de los economistas y el consenso sobre la probabilidad de recesión en EE.UU. en los próximos 12 meses han subido al 50% de probabilidad. Por otra parte, una encuesta mundial realizada a inversores consideraba que la posibilidad de una recesión era incluso mayor, y casi una quinta parte de los encuestados anticipaba que comenzaría ya este año”, destacan desde la entidad.
Según el punto de vista de Valtteri Ahti, Estratega Jefe de Evli Fund Management, los bancos centrales están subiendo los tipos de interés para frenar la presión inflacionista, lo que aumenta el riesgo de recesión. “Dada la importante corrección del mercado de valores, el mercado ya está valorando una leve recesión. Si los beneficios de las empresas se mantienen firmes y no llega la recesión, el mercado corregirá su baja valoración y comenzará a subir de nuevo. El giro bursátil podría manifestarse una vez que los mercados detecten que la presión inflacionista en EE.UU. empieza a remitir”, declaran desde la gestora nórdica.
La probabilidad de que se produzca una recesión mundial hacia finales de este año o principios del próximo ha aumentado. Sin embargo, “cada región tiene riesgos diferentes“, sostiene Keith Wade, economista jefe de Schroders. “Mientras que todo el mundo tiene una medida de riesgo de inflación −en particular, EE.UU. y Europa−, China, por ejemplo, tiene un gran problema en forma de política de Covid cero. Los inversores han empezado a pensar seriamente en la posibilidad de una recesión. Por eso hemos visto que la renta variable y algunas partes de los mercados de crédito se han debilitado”, concluye Wade.