Clément Inbona, gestor de fondos de La Financière de l’Échiquier.
La cumbre del G20 de los días 9 y 10 de septiembre de 2023 quedará en agua de borrajas por los divergentes intereses de los grandes actores del mundo, en particular en relación con el clima y la energía. La posibilidad de que surja un consenso sobre estas cuestiones entre países tan diferentes como Rusia o Arabia Saudí y la Unión Europea o Japón parece bastante remota.
Y ello sin tener en cuenta que la política de la silla vacía, con las ausencias de los presidentes ruso y chino, pone de relieve una vez más las fracturas geopolíticas y diplomáticas que dividen hoy a las grandes potencias. Sin embargo, no todos los actores saldrán como perdedores de esta cumbre de Nueva Delhi, que tendrá el mérito de haber colocado los focos sobre el país anfitrión: la India.
Potencia demográfica, tecnológica, económica, militar… la India dispone de numerosas bazas para ser protagonista durante las próximas décadas.
En 2023, la India se ha convertido en el país más poblado del mundo, por delante de China, con una población de más de 1.400 millones de personas. Esta trayectoria no parece que vaya a invertirse, ya que China ve cómo su población mengua desde 2021, mientras que los demógrafos prevén que la población india seguirá creciendo durante varias décadas.
Tras unirse al selecto grupo de países que han alunizado con éxito, círculo restringido hasta ahora a la Unión Soviética, EE. UU. y China, la India ha conseguido demostrar al mundo que forma parte de las potencias tecnológicas con las que es preciso contar. Esta proeza se ha conseguido ante las narices de Rusia, cuya sonda Lune25 se estrelló contra el astro unos días antes. ¡Todo un símbolo! Con un contingente de 500.000 nuevos ingenieros titulados cada año, la India contará con medios para rivalizar en la carrera de la innovación durante décadas.
En el plano económico, está produciéndose una pequeña revolución en el orden mundial. Desde 2022, la India ha superado a China en crecimiento económico y el FMI prevé que esta situación continué en 2023 y 2024. También en 2023, la India ha despojado a su antigua potencia colonial del tercer puesto en la clasificación del PIB. Aunque China pasa por ser la «fábrica del mundo», y con razón, la India no se queda atrás, ya que actualmente exporta un porcentaje de su PIB más importante que su vecino chino. Por ejemplo, el subcontinente es el primer fabricante farmacéutico mundial.
Por último, en el plano militar, la India forma parte del exclusivo grupo de potencias nucleares. El país, que libra en su frontera norte un conflicto territorial con China en el techo del mundo, en los confines del Himalaya, debe mantener un ejército operativo para contener las veleidades expansionistas chinas.
Los símbolos cuentan. En Nueva Delhi, donde este año se ha festejado el 75º aniversario de la independencia, se murmura que el partido nacionalista en el poder desearía romper con su pasado colonial y rebautizar el país con el nombre de «Bahrat», considerado más acorde con su cultura popular y su historia. ¿Un nuevo nombre para una nueva era sembrada de éxitos? Es probable, con la condición de que se resuelvan algunos males endémicos, sobre todo la corrupción y una burocracia anquilosada. En definitiva, muchos retos que afrontar para labrarse un lugar a la altura de sus ambiciones.