Robótica: cinco razones para invertir

Hace seis décadas, un hito histórico marcó el comienzo de la revolución robótica. En Nueva Jersey, Estados Unidos, el primer robot industrial se alzó en una cadena de ensamblaje de automóviles, dotado de un inmenso brazo capaz de manejar cargas pesadas y extraer piezas metálicas de vehículos salidos de una prensa de fundido a presión. Sin embargo, este fue solo el inicio de una transformación que ha llevado a los robots a desbordar el ámbito de las fábricas, convirtiéndolos en una parte integral de nuestra vida cotidiana.

Actualmente, existen alrededor de 3.5 millones de estos autómatas en todo el mundo. Su versatilidad no conoce límites, desde el ensamblaje de vehículos hasta la limpieza de nuestros hogares, la entrega de compras a domicilio e incluso, en un giro inesperado, acompañar a nuestros abuelos en una partida de bingo. No obstante, lo que resulta más evidente es que la industria robótica ha entrado en una fase de evolución dinámica y prometedora.

Los avances tecnológicos, ya sea en el ámbito de la inteligencia artificial (IA) o en la miniaturización y potenciación de los semiconductores, están allanando el camino hacia una nueva generación de máquinas altamente sofisticadas. Al mismo tiempo, la escasez de mano de obra, el envejecimiento demográfico y el descenso en la productividad están generando una creciente demanda de automatización.

Para los inversores, esto presenta una oportunidad sumamente atractiva respaldada por sólidas tendencias de crecimiento a largo plazo que trascienden la mera presencia de robots. A continuación, destacamos cinco temas clave que impulsarán el sector en los próximos años:

Relocalización y traslado de la producción a países cercanos

La pandemia de COVID-19 puso de manifiesto los riesgos de depender de cadenas de suministro distantes. Las tensiones geopolíticas y conflictos como la guerra de Ucrania han aumentado la presión sobre estas cadenas. En respuesta, gobiernos y empresas están considerando trasladar la producción a sus propios países o a naciones cercanas, en un fenómeno conocido como "re-shoring" y "near-shoring". Esto estimulará la demanda de robots industriales para operar en estas nuevas fábricas, junto con otros sistemas de automatización y soluciones de software. De acuerdo con una encuesta reciente de ABB Robotics, aproximadamente el 41% de los fabricantes estadounidenses planea aumentar su nivel de automatización.

Hombre más máquina: cobots industriales

Si bien los robots de línea de ensamblaje han sido una constante en la industria durante años, los cobots, que trabajan de manera autónoma y en estrecha colaboración con los seres humanos, están tomando fuerza. Se prevé que el mercado mundial de cobots alcance los 6.800 millones de dólares en 2029, frente a los 1.200 millones de 2022, lo que equivale a una tasa de crecimiento anual compuesto (TCAC) de alrededor del 34%. La creciente escasez de mano de obra, la inflación salarial y la mejora tecnológica impulsarán la demanda de esta forma de robótica. Los cobots se están volviendo especialmente populares entre las pequeñas y medianas empresas (PYMES) y los fabricantes de vehículos eléctricos.

Software eficiente

El crecimiento de la automatización, tanto en el hogar como en la industria, depende en gran medida del software. Históricamente, el software industrial operaba bajo un modelo de compra, instalación y uso indefinido. Sin embargo, actualmente, el modelo de software como servicio (SaaS) se impone, en el que las empresas pagan una suscripción para acceder al software almacenado en la nube o en un entorno híbrido. Se proyecta que el mercado de software industrial se duplique, superando los 250.000 millones de dólares en 2027, con una TCAC del 15%. Esto se traducirá en una mayor eficiencia en todo el proceso, desde el diseño y simulación del producto hasta el envío del prototipo a la fábrica o al socio de fabricación, pasando por la optimización de la cadena de suministro. Las soluciones basadas en la nube reducirán los costos y la complejidad de la gestión del software y permitirán la centralización de datos. Además, el análisis de datos está en alza, ya que se generan cantidades cada vez mayores de información. También está ganando terreno la automatización de procesos empresariales, en la que las empresas utilizan soluciones de software para aumentar la productividad de los trabajadores administrativos. Además, los avances en IA están permitiendo a las empresas aprovechar grandes volúmenes de datos para mejorar la eficiencia operativa.

IA y computación

A medida que las máquinas se vuelven más sofisticadas, requieren mayor capacidad de procesamiento para calcular y procesar datos. La IA consume muchos recursos, dado que demanda grandes cantidades de datos y capacidad de procesamiento para generar nuevo contenido. Esto, a su vez, impulsa la necesidad de semiconductores más avanzados. Los fabricantes de procesadores informáticos se presentan como los beneficiarios lógicos del auge de la IA, pero los modelos de lenguaje extenso (LLM) también requieren otros tipos de chips, como los que potencian la capacidad de memoria y el ancho de banda. Los semiconductores de memoria, cómputo y almacenamiento representan la mayor parte de las ventas de esta industria. Los chips de memoria (DRAM) y almacenamiento (NAND Flash) se utilizan principalmente para almacenar datos e instrucciones, mientras que los chips de procesamiento (como la CPU principal de una computadora o un chip acelerador complementario, como una GPU) se emplean para realizar cálculos y procesar datos en tiempo real. Además, las empresas de automatización de diseño electrónico (EDA), como Synopsys, ofrecen soluciones de software para diseñadores de chips, lo que está acelerando la fase de diseño y mejorando la eficiencia energética computacional. En este sentido, las empresas de equipos para semiconductores proporcionan las herramientas para la fabricación de microchips más pequeños, rápidos, económicos. Las plantas de fabricación de semiconductores (conocidas como “fabs”) se encuentran entre las fábricas más automatizadas del mundo y, a su vez, requieren un uso cada vez mayor de procesos de IA para mejorar su rendimiento y producción.

Conducción autónoma

Puede que los robots empezaran fabricando automóviles, pero hoy los conducen cada vez más. Todavía faltan algunos años para que los automóviles, camiones y autobuses sin conductor sean viables para el mercado de masas. Sin embargo, ya se están realizando pruebas en condiciones reales en todo el mundo como, por ejemplo, en San Francisco, Pekín, Shanghái y Phoenix. Waymo, propiedad de Alphabet, por ejemplo, ha acumulado millones de kilómetros en carreteras públicas (y miles de millones más en simulación), y lleva más de un año ofreciendo trayectos sin conductor a los residentes de San Francisco. Además, los vehículos autónomos ya se han convertido, en parte, en una realidad gracias a la inclusión de diversos aspectos de las tecnologías de sistemas avanzados de asistencia a la conducción (ADAS) en los últimos modelos de automóviles. La demanda de semiconductores debería dispararse a medida que estos se vuelvan más comunes y avanzados. Según un estudio de Gartner, se espera que en 2031 cada automóvil contenga semiconductores por valor de 1.550 USD, frente a los 665 USD de 2021. La IA está impulsando una nueva oleada de innovación, revolucionando las tecnologías de la robótica y la automatización. Gracias a su capacidad para aumentar la productividad, reducir los costes y ayudar a resolver los problemas relacionados con la escasez mundial de mano de obra, creemos que la robótica y la automatización crecerán más rápido que el conjunto de la economía. Esto ofrece una oportunidad de inversión temática muy atractiva, tanto en las empresas que fabrican los robots como en las que proporcionan todos los elementos necesarios, desde semiconductores hasta software.