AXA IM y elecciones del país: “Argentina se encuentra en una encrucijada”

Luis López Vivas, economista del equipo de Macro Research en AXA IM.

Argentina se encuentra en una encrucijada a medida que se acercan las elecciones de octubre. La agitación económica ha debilitado gravemente al partido Peronista, que ha estado en el poder durante 16 de los últimos 20 años. La frustración con el establishment político ha abierto la puerta a un outsider como el libertario Milei, quien actualmente lidera las encuestas por un margen considerable.

La propuesta de Milei para una transformación económica radical, que incluye la dolarización, ha captado una atención significativa. Sin embargo, es importante entender que la dolarización no es una solución mágica, como lo ilustra la experiencia de Ecuador, y aún sería necesario aplicar una política fiscal más estricta para controlar la inflación. La viabilidad del plan de dolarización de Milei, dadas las limitaciones económicas actuales de Argentina, sigue siendo incierta. Las reservas negativas del país y su deuda sustancial plantean preguntas sobre su capacidad para llevar a cabo una transformación de este tipo. Además, existen importantes obstáculos políticos por superar.

Si bien la dolarización tiene beneficios potenciales, como el control de la inflación y una reducción del riesgo soberano, también presenta desventajas significativas, como la pérdida de autonomía monetaria, lo que hace que la economía real sea más vulnerable a los shocks económicos, y la renuncia a ingresos por señoreaje. Además, es probable que tal medida sea irreversible. El país debe sopesar cuidadosamente estos trade-offs.

Mientras Argentina enfrenta sus desafíos económicos, puede encontrar que un plan de estabilización más pragmático, que implique recortes de gastos y la eliminación de controles cambiarios, es una opción más viable. En estos tiempos inciertos, lo que está claro es que Argentina enfrenta decisiones críticas que moldearán su futuro. Ya sea a través de una reforma radical o medidas más convencionales, el cambio es imperativo para evitar una posible implosión económica.

En cuanto a las previsiones económicas, esperamos que el PIB se contraiga en un -3.0% en 2023, reflejando una combinación de factores, incluida una mala cosecha afectada por el fenómeno climático de La Niña y la inestabilidad macroeconómica que ha afectado negativamente al consumo privado y la inversión.

Mirando hacia el 2024, aunque es probable que haya impulsores positivos como una cosecha mejorada, un sector energético más dinámico impulsado por el uso de gas natural doméstico con el nuevo gasoducto y un aumento de las exportaciones a los países vecinos, aún esperamos que la economía se contraiga en un -0.5%.