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Reunión de la Fed esta semana: ¿qué podemos esperar?
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Reunión de la Fed esta semana: ¿qué podemos esperar?

Las gestoras de fondos coinciden a la hora de señalar que la Reserva Federal actuará con cautela en su reunión de esta semana.
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Actualizado:

29 ABR, 2024

Por Leticia Rial de RankiaPro

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Este martes y miércoles tendremos reunión de la Fed. Un encuentro en el que se espera que la Reserva Federal se mantenga en su posición actual y mantenga los tipos de interés en la horquilla comprendida entre el 5,25% y el 5,5%.

A continuación, te mostramos cuáles son las perspectivas que manejan las gestoras de fondos nacionales e internacionales de cara al encuentro de abril del banco central de los Estados Unidos.

Cristina Gavín, jefa de renta fija y gestora de fondos de Ibercaja Gestión

Gran expectación ante la reunión de la Reserva Federal de esta semana. Y es que las previsiones que el mercado descontaba tras la reunión del pasado 20 de marzo han cambiado radicalmente. Los datos de inflación que hemos conocido este mes de abril con respecto a la economía norteamericana han sido el principal catalizador para este cambio de expectativas.  

Si hace apenas un mes se daba por hecho la primera bajada de tipos en el mes de junio, los datos de precios, unidos a la fortaleza que está mostrando la economía norteamericana no justifican dicho movimiento y han retrasado las expectativas del inicio del proceso de bajadas de tipos para después del verano. Incluso algunas voces han dejado entrever que no sería descartable un movimiento de subida. A nuestro juicio, esta última opción es altamente improbable.

El escenario que nosotros dibujamos para los próximos meses en lo que a la actuación de la Reserva Federal se refiere es de cautela. Creemos que la Fed van a mostrarse prudente en cuanto a sus decisiones, a la espera que ver cómo evolucionan los datos de precios de cara a los próximos meses. Las elecciones de noviembre van a ser también un factor que va a condicionar la actuación de la Reserva Federal. De esta manera, descontamos una primera bajada de tipos en julio de 25 pb, ya que esperar a iniciar el proceso de reducción de tipos a septiembre nos colocaría muy cerca de las presidenciales, con el ruido que ello supondría.

Charlotte Daughtrey, especialista en inversión de renta variable de Federated Hermes

Dado que la inflación en 2024 será más difícil de lo que muchos imaginaban, el camino hacia la reducción de los tipos de interés podría no ser tan suave como espera el mercado.

La Reserva Federal sigue manteniendo que depende de los datos, y éstos no apoyan actualmente un movimiento anticipado. Quieren evitar los errores de los años setenta (cuando bajaron los tipos demasiado pronto y la economía estadounidense sufrió una segunda ronda de inflación más dolorosa) y esto parece ser un factor en la "pausa" actual, en la que los tipos se mantienen en niveles más elevados.

Por lo tanto, esperamos que la Reserva Federal siga actuando con cautela y, potencialmente, los recortes de tipos podrían retrasarse hasta 2025 y más allá.

Erik Weisman, economista jefe y gestor de carteras de MFS IM

La clave de la política de la Fed está en la sensibilidad a los tipos de interés.

A finales de 2018, la Fed subió los tipos a solo el 2,50%, lo que fue suficiente para frenar bruscamente la economía. En este ciclo de tipos, sin embargo, la Fed ha subido los tipos 500 puntos básicos, y aun así la economía sigue avanzando a buen ritmo. Esto se debe a lo siguiente:

  1. La economía es ahora menos sensible a los tipos de interés porque las condiciones fundamentales han cambiado. Si ese es el caso, puede que la Fed necesite subir más los tipos.
  2. La economía sigue siendo sensible a los tipos, pero los tipos reales efectivos no son tan altos y las condiciones financieras generales siguen siendo acomodaticias. Si es así, la Fed necesita subir los tipos gradualmente hasta que la política monetaria sea suficientemente restrictiva. 
  3. La economía es menos sensible a los tipos ahora, pero sólo debido al estímulo pandémico. Si es cierto, la Fed puede simplemente necesitar más tiempo para que los tipos actuales surtan efecto.

La conclusión es que la Reserva Federal se encuentra en la poco envidiable posición de tener que resolver todo esto sin mucha orientación.

 Paul Diggle, economista jefe de abrdn

Nuestro escenario central prevé que la Reserva Federal de EE.UU. aplicará dos recortes de tipos este año, en septiembre y diciembre, dado que es probable que el crecimiento y la inflación se moderen ligeramente en la segunda mitad del año.

Sin embargo, consideramos seriamente el riesgo de que no se produzcan recortes, o incluso de que la próxima medida sea una subida. De hecho, asignamos una probabilidad acumulada del 35% a los escenarios de "no aterrizaje" y "repunte del precio del petróleo", en los que este año la política monetaria se mantiene o incluso se endurece.

En el frente del crecimiento, la actividad sigue siendo fuerte, gracias a la solidez del consumo y de las empresas, la relajación de la política fiscal, la elevada inmigración neta y el aumento de la productividad. Estos factores pueden desvanecerse en 2024, por lo que creemos que el crecimiento se moderará. Existen riesgos al alza de que se mantenga el crecimiento por encima de la tendencia o de que aumente la propia tendencia de crecimiento, así como riesgos a la baja de que se produzca una desaceleración más significativa.

Por lo que respecta a la inflación, el IPC volvió a subir con fuerza en marzo. A medida que avanza el año, resulta cada vez más difícil atribuir esta fortaleza a la estacionalidad residual y a otras peculiaridades. Seguimos pensando que se avecina una modesta desinflación, habida cuenta del descenso del crecimiento salarial, y el descenso de los alquileres de mercado; un factor que sugiere que la inflación de la vivienda se moderará en algún momento. Así pues, el IPC subyacente debería caer hasta el 2,5% interanual en verano, pero el avance podría estancarse durante el resto del año a medida que los efectos de base resulten menos útiles. Sin embargo, hay muchos indicios históricos que apuntan a un "último tramo difícil" en el que la inflación se mantendría por encima del objetivo o incluso repuntaría, por lo que nos tomamos estos riesgos muy en serio.

Por lo que respecta a la política monetaria, la sorpresa al alza del IPC hace que la Reserva Federal aún no vea los progresos necesarios para empezar a recortar los tipos en verano. Creemos que la Fed esperará al menos hasta septiembre antes de recortar los tipos, y que volverá a recortarlos en diciembre. Sin embargo, los riesgos se decantan hacia una fecha de inicio aún más tardía en caso de que la inflación no se desacelere. A pesar de este giro de 180 grados, Powell ha sostenido que la política sigue siendo restrictiva, imponiendo un listón alto, pero no insuperable para un mayor endurecimiento. El riesgo geopolítico podría provocar un fuerte repunte del precio del petróleo, lo que podría llevar a no aplicar recortes o incluso a aplicar nuevas subidas.

Christian Scherrmann, economista de EEUU de DWS

El proceso desinflacionario, aunque en curso, no ha estado a la altura de las expectativas en los últimos meses. Y aunque la previsión de tipos más bajos podría haber contribuido a impulsar la actividad económica (y los precios) en el pasado, otro factor podría haber tenido un impacto aún mayor. Los últimos datos sobre migración sugieren que la llegada de personas podría haber sido significativamente mayor de lo que se asumía anteriormente. Aunque un aumento en la población inevitablemente favorece la demanda agregada, y tal vez también los precios a corto plazo, no necesariamente lleva a una mayor inflación a medio plazo. Una mayor oferta de mano de obra podría  aliviar la rigidez del mercado laboral y, por lo tanto, respaldar las expectativas de menores aumentos salariales en el futuro. Eventualmente, esto brinda una perspectiva bastante positiva para la desinflación. Seguimos esperando que el proceso desinflacionario continúe, aunque con una mayor volatilidad de la esperada. Esta evolución sigue favoreciendo la bajada de tipos de interés oficiales, aunque algo más tarde de lo inicialmente proyectado.

Esto nos lleva al tema principal para la reunión de mayo del FOMC (Comité Federal de Mercado Abierto): presionar el botón de repetición dependiendo de los datos. Los banqueros centrales ya han indicado que no tienen prisa por ajustar los tipos y que la postura actual de la política monetaria se considera lo suficientemente restrictiva. Para restaurar la neutralidad en sus orientaciones, creemos que la narrativa "lucha contra la inflación primero" requiere cierta actualización. Esto podría lograrse recordando a los mercados que si las tasas de inflación volvieran a subir, otra ronda de incrementos de tasas podría estar sobre la mesa. Aunque los aumentos de los tipos de interés ciertamente no son nuestro escenario base, creemos que los banqueros centrales, con esta actitud agresiva, están comprando el tiempo necesario para que el tambaleante proceso de desinflación avance. Por último, anticipamos recibir algunos detalles sobre una reducción del balance de la Reserva Federal (QT), ya que los banqueros centrales deberían haber discutido ampliamente este tema a estas alturas.

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