La Inteligencia Artificial tiene mucho que decir en el mundo de la inversión

Rahul Narang, Portfolio Manager, Technology de Columbia Threadneedle

La Inteligencia Artificial ha entrado en nuestras vidas con gran fuerza. Aunque los mayores expertos en la materia ya la conocen y estudian desde hace tiempo, la sociedad en general no ha comenzado a relacionarse con ella hasta hace relativamente poco. Es extraño que haya alguien que no la conozca actualmente, aunque el contacto con la IA para muchos ciudadanos se haya limitado a interactuar con ChatGPT. De lo que quizás muchos no son conscientes es de que la revolución que trae esta herramienta va mucho más allá de una conversación más o menos profunda con una máquina.

Como disrupción, a nivel de impacto en el mercado tecnológico y en la sociedad en general, es evidente que la inteligencia artificial ya rivaliza con la invención de internet o con la llegada de los dispositivos móviles. Ambas innovaciones presentaron, y aún presentan, una influencia profunda en la economía global. La IA no se queda atrás: podría contribuir con 7.000 billones de dólares a la economía mundial durante en un periodo de diez años.

Las grandes empresas tienen claro que el potencial de la IA aplicada a la economía es inmenso. La carrera por liderar este cambio de paradigma ya está en marcha y los inversores están muy atentos. El desarrollo de la inteligencia artificial les ofrece oportunidades de inversión interesantes y atractivas entre los actores que lideran este apartado. Pero, al igual que la IA tiene puede innovar muchos sectores económicos, la visión de los inversores está muy atenta también ante oportunidades en otros campos donde se esté comenzando a aplicar la IA y esta tenga especial potencial de impacto.

De estas distintas áreas, la más evidente es la de su aplicación en la tecnología. Aquí existen muchas compañías que se han subido al tren de la inteligencia artificial. Algunas de ellas son Microsoft (que compró una participación mayoritaria en la creadora de ChatGPT por 10.000 millones de dólares), Google (que ha desarrollado su propia herramienta de IA generativa) o Nvidia (que ha lanzado una CPU diseñada específicamente para la infraestructura de IA). Pero, insisto, las oportunidades que la IA ofrece a los inversores no se limitan a lo evidente. Uno de los campos más emocionantes en este sentido es el biomédico, donde existe un gran potencial de crecimiento y de retorno de la inversión. La IA ya está reconfigurando la forma en que los pacientes son diagnosticados, tratados y monitorizados. Estoy convencido de que los grandes modelos lingüísticos especializados van a acelerar el descubrimiento de nuevos fármacos capaces de salvar vidas.

A pesar de los avances increíbles que ya se están logrando gracias a la IA, creo que aún no lo hemos visto todo, ni mucho menos. Todos los cambios de paradigma como el que nos envuelve ahora han traído auténticas innovaciones. Gracias a la llegada de internet y de los teléfonos móviles, por ejemplo, podemos comprar prácticamente cualquier cosa desde casi cualquier parte del mundo. Aunque hemos visto grandes cosas con la IA, aún no hemos visto nada semejante a ello. Por tanto, quedan muchas oportunidades ahí fuera.

En definitiva, la aparición de la Inteligencia Artificial no sólo ha traído grandes e importantes avances que están ya teniendo un impacto positivo en nuestro día a día. También es un factor decisivo en la inversión. Su alta capacidad de impacto económico a nivel global y el abanico de posibilidades de aplicación nos sitúa ante un mar de oportunidades de inversión atractivas actualmente. A ellas se les suman las que continuarán apareciendo gracias a ella durante los próximos años. La IA tiene mucho que decir en el mundo de la inversión.