Por Alexis Grutter, Fund Manager, La Financière de l’Echiquier
La delicada situación que atraviesa la economía europea –subida de los tipos, inflación, inestabilidad en los mercados– anuncia una posible recesión en los próximos meses. Para proteger la cartera de los clientes, una de las opciones más favorables son las estrategias CTA, especializadas en la gestión alternativa y enfocada en productos derivados que no guardan correlación con los activos tradicionales: están desligadas de la evolución de la bolsa y no tienen un índice de referencia.
El objetivo de los CTA es captar tendencias a medio y largo plazo en toda clase de activos –índices de renta variable, bonos del Estado, divisas o materias primas–. Con la actual situación de la política monetaria, los principales activos deben encontrar niveles de precios que se ajusten a este nuevo entorno. Por eso, la inflación actual ha beneficiado a los CTA, ya que captan las tendencias al alza de la energía y de otras materias primas. Por su lado, los tipos de interés han tenido un impacto negativo en los precios y estas estrategias se han mantenido en una posición corta.
Además, los CTA tienden a obtener mejores rendimientos cuando la volatilidad del mercado de renta variable es alta o va en aumento, ya que la volatilidad tiende a empujar los precios de toda clase de activos. Se ha demostrado que este tipo de estrategias son muy atractivas en periodos de correcciones, como ocurrió en la burbuja de las “puntocom”, en el periodo 2000-2003, o en la crisis financiera del 2008. En este sentido, aunque estas estrategias no deben considerarse una garantía de rendimientos positivos en tiempos de crisis, la evolución del índice MSCI World constata que los CTA permiten diversificar el riesgo y proteger a los clientes de las caídas.
Otra de sus ventajas es que representan un tipo de inversión muy líquido, principalmente por la diversidad de activos, su inversión a escala mundial y la naturaleza de los contratos de futuros. Debido a la velocidad de negociación –en muchas ocasiones se producen reequilibrios diarios–, tenemos que ser capaces de modificar la cartera muy rápidamente y, en este aspecto, la liquidez es muy importante.
Además, son inversiones que no se ven afectadas por las emociones humanas, como el miedo o la euforia que producen un efecto rebaño. Las estrategias CTA se gestionan de forma sistemática a través de modelos cuantitativos, es decir, son decisiones de inversión que se basan en algoritmos. Este marco sistemático nos permite evitar errores de comportamiento humano como detener demasiado pronto las ganancias o dejar que las pérdidas vayan demasiado lejos. Esta característica ha ayudado históricamente a los fondos CTA a obtener rendimientos positivos tanto en mercados alcistas como bajistas.
En nuestro caso, el fondo Echiquier QME ha optado por los índices de renta variable cortos en todas las regiones, los bonos del Estado –corto y largo–, y a largo plazo, el dólar estadounidense frente a las principales divisas y materias primas, excepto metales y ganado.
