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Bonos sociales: una herramienta clave para impulsar la economía
Inversión ESG

Bonos sociales: una herramienta clave para impulsar la economía

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Ben Kelly, gestor de fondos de estrategias de crédito de impacto de Columbia Threadneedle

La sostenibilidad no es sólo un tema de moda, sino un ámbito que tiene un impacto real en la inversión y, por ende, en el impulso de la economía. Siguiendo datos del Observatorio Español de la Inversión sostenible (OFISO)*, a lo largo de 2022 la financiación sostenible alcanzó en España los 60.134 millones de euros. Incluso en un escenario volátil y complejo del mercado en términos generales, los productos sostenibles han seguido ganando terreno, especialmente en el ámbito institucional y corporativo. Como ejemplo, excluyendo la financiación del Tesoro Público, el 21% de los bonos financiados a lo largo de ese ejercicio pertenecen a una categoría sostenible, algo que alcanza el 54% de estos productos en el ámbito corporativo.

Desde la irrupción de la pandemia del Covid, los inversores están cada vez más abiertos e interesados hacia una financiación orientada a resultados sociales, por lo que la amplitud y profundidad del mercado de bonos sociales etiquetados no ha dejado de aumentar exponencialmente, aunque aún queda mucho camino por recorrer.

Dentro de este campo del impacto social, existen tres categorías  de producto fundamentales: los bonos sociales, puramente vinculados a un proyecto social como por ejemplo la prevención del desempleo con productos emitidos por entidades financieras tan reconocidas como Intesa, AIB o Caixabank. En segundo lugar, se situarían los bonos verdes, que destinan los ingresos a proyectos verdes, centrados en su mayoría en el ámbito de la energía, y los bonos de sostenibilidad, que pueden financiar tanto proyectos verdes o con matiz ecológico como sociales.

De nuevo, siguiendo datos publicados por OFISO para adentrarnos en el terreno español, cabe destacar que los bonos verdes suponen 16.552 millones de euros en nuestro país, los bonos sociales 2.000 millones, y los sostenibles 3.225 millones, sin que se registraran emisiones SLB en 2022. Cifras nada desdeñables que subrayan la proyección de este mercado.

No es de extrañar que, con este escenario, las empresas españolas pisen fuerte en este mercado y se sitúen en las más altas posiciones del ranking de sostenibilidad de S&P con sus productos. No importa el sector – banca, energía, telecomunicaciones, defensa, retail - las compañías españolas tienen una fuerte presencia en el Anuario de Sostenibilidad de S&P. Más aún, algunas como Caixabank como emisor, son un ejemplo a seguir en el detalle y transparencia de análisis de los medidores finales de impacto real de sus bonos sociales, incluyendo métricas relacionadas con encuestas directas a las poblaciones objetivo para evaluar el beneficio real aportado por esos proyectos amparados por ese producto.

Independientemente de la etiqueta sobre la que gire la acción de ese producto financiero, es esencial para los inversores poder contar con métricas tangibles que detallen la evolución de puntos sociales y medioambientales clave incluidos en esos productos para valorar adecuadamente su impacto.

Quizá los estados son más reticentes en la entrada en este mercado, aunque países como Australia han abierto el camino en este terreno, saliendo al mercado con la emisión por primera vez de bonos verdes. En el caso de del Tesoro de Reino Unido destinó los ingresos a crear infraestructuras verdes poniendo además en valor otros beneficios colaterales como la creación de empleo.

Objetivos sociales ampliamente demandados como la igualdad de género, el avance en la calidad del empleo, la protección social en el ámbito de la salud o la prevención de violencia de género son puntos incluidos en muchos de estos productos emitidos por entidades con especificidad geográfica y temática.

En definitiva, es hora de que, más allá del ámbito corporativo, gobiernos e instituciones valoren esta herramienta ágil para lograr metas que, con los recursos limitados que posee una administración pública, tardarían mucho más tiempo en alcanzar de otra forma.

* Fuentes de información: Informe anual de financiación sostenible en España (OFISO).

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