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¿Debería el BCE actuar antes que la Fed?
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¿Debería el BCE actuar antes que la Fed?

Aunque las tasas de inflación son comparables a ambos lados del Atlántico, las condiciones macroeconómicas no lo son.
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Autor: Philippe Waechter, economista jefe de Ostrum AM (Natixis IM)

El crecimiento ha sido demasiado débil durante demasiado tiempo en la zona euro como para aplazar un nuevo estímulo de la actividad. El BCE tiene esta capacidad. Debe hacerlo para garantizar que el mercado laboral siga siendo boyante y no se vea penalizado por un ritmo de actividad demasiado débil a largo plazo; porque la zona euro necesita reforzar su autonomía en una economía mundial cada vez más polarizada; y debe hacerlo antes que la Fed, porque allí el crecimiento es robusto y la relajación de las restricciones para favorecer la expansión no es una fuente de incentivos para una política monetaria acomodaticia.

El 11 de abril el BCE decidirá la orientación futura de su política monetaria. La cuestión de si el BCE empezará a recortar los tipos de interés suele estar condicionada por las medidas que pueda tomar la Fed. Esto puede haber funcionado en el pasado, cuando los ciclos a ambos lados del Atlántico eran coherentes. Pero, ¿sigue siendo así?

¿Tenemos la impresión de que la zona euro y Estados Unidos siguen el mismo ciclo económico, con la misma dinámica y las mismas limitaciones? Desde luego que no. Desde el final de la pandemia, hay una diferencia de dos puntos en el PIB y los perfiles no son comparables. Desde el verano de 2022, el PIB de la zona euro está estancado, mientras que en Estados Unidos registra un fuerte aumento.

Las presiones sobre el aparato productivo no son comparables. Las presiones siguen siendo fuertes en el lado estadounidense, mientras que son menos marcadas en la zona euro debido al estancamiento de la actividad observado en los últimos 18 meses. A la vista de este indicador, la Fed no tiene motivos para precipitarse, mientras que el BCE tiene más prisa. La necesidad de estímulo en la zona euro es aún mayor en la medida en que la política fiscal no es procíclica. 

Europa tampoco se ha beneficiado de una dinámica migratoria favorable. En 2022, los flujos aumentaron debido a la guerra en Ucrania, pero en 2023, los flujos fueron en gran medida negativos. En Estados Unidos, los flujos migratorios son de otra naturaleza, no son refugiados como en Europa, y aumentaron en 2022 y 2023. El aumento de los flujos migratorios ha aliviado la presión sobre la producción, facilitando la tendencia al alza de la actividad.

En consecuencia, aunque las tasas de inflación son comparables, las condiciones macroeconómicas no lo son. El débil crecimiento de 2023 y el ligero repunte previsto para 2024 no permitirán a la zona euro mantener un mercado laboral dinámico. Por ello, el BCE debe actuar con rapidez. Y debe hacerlo antes que la Fed, porque las dinámicas de crecimiento no son comparables.

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