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¿Qué es el greenwashing en el mundo de los fondos de inversión?
Fondos de inversión

¿Qué es el greenwashing en el mundo de los fondos de inversión?

Con el creciente interés por la sostenibilidad medioambiental y social, muchas empresas y gestores de fondos intentan sacar provecho de esta tendencia promocionando sus productos como respetuosos con el medio ambiente y responsables, aunque no cumplan necesariamente estos criterios.
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14 MAR, 2024

Por Leticia Rial de RankiaPro

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El concepto de greenwashing, en el contexto de los fondos de inversión, representa una práctica cada vez más extendida y controvertida. Con el aumento del interés por la sostenibilidad ambiental y social, muchas empresas y gestoras de fondos intentan sacar provecho de esta tendencia promocionando sus productos como respetuosos con el medio ambiente y responsables, aunque no cumplan necesariamente estos criterios.

A continuación, exploramos en detalle qué es el greenwashing en el mundo de los fondos de inversión, examinando sus implicaciones, sus causas y las posibles soluciones para hacer frente a esta práctica engañosa y proteger los intereses de los inversores.

¿Qué significa el concepto de greenwashing en el mundo de los fondos de inversión?

El concepto de "greenwashing" en el mundo de los fondos de inversión se refiere a la práctica de promover un fondo como ecológico o sostenible, aunque sus actividades e inversiones no correspondan realmente a altos estándares ambientales o prácticas sostenibles.

En otras palabras, el greenwashing ocurre cuando un fondo o una empresa intenta aprovechar el creciente interés por los temas ambientales con el fin de atraer inversores, sin comprometerse realmente en acciones concretas para reducir el impacto ambiental o promover la sostenibilidad.

Esto puede incluir la presentación de información engañosa, el uso de términos como "verde" o "ecológico" de manera inapropiada, o la comercialización de productos financieros que no cumplen con los estándares ambientales. En resumen, el greenwashing es una forma de publicidad engañosa.

¿Cuál es el origen del greenwashing?

El término greenwashing surgió en la década de 1980, cuando las empresas comenzaron a utilizar cada vez más estrategias de marketing y publicidad para promocionar sus productos o actividades como ecológicos o respetuosos con el medio ambiente, aunque en realidad no lo eran.

Esto se produjo en un contexto de creciente conciencia ambiental y preocupación por las cuestiones ambientales, lo que llevó a las empresas a tratar de aprovechar esta tendencia para mejorar su imagen pública y aumentar las ventas. Sin embargo, muchas de estas empresas no introdujeron cambios reales en sus prácticas empresariales o en sus productos para reducir su impacto ambiental; sino que utilizaron tácticas de marketing engañosas para dar la impresión de que eran más sostenibles de lo que realmente eran.

De aquí surgió la necesidad de un término para describir esta práctica, dando lugar al concepto de greenwashing.

¿Cuáles son las consecuencias del greenwashing para los inversores?

Las consecuencias del greenwashing para los inversores que eligen fondos de inversión que lo practican pueden ser varias y a menudo negativas.

Principalmente, aquellos que pretenden apoyar proyectos o empresas sostenibles podrían quedar decepcionados al descubrir que los fondos en los que han invertido no cumplen con las expectativas ambientales. Esto podría generar frustración y desaliento para seguir invirtiendo en proyectos o fondos que se presentan como ecológicos, y esto tendría un impacto negativo a nivel global.

Por otro lado, los inversores víctimas del greenwashing corren el riesgo de sufrir daños en su imagen y reputación si se asocian con inversiones que al final no resultan ser verdaderamente sostenibles.

La falta de estándares para definir qué es un fondo sostenible es el principal obstáculo para prevenir el greenwashing

Actualmente, no existe una definición universal o estandarizada de lo que hace que un fondo sea "sostenible" o "responsable". Esto crea confusión entre los inversores y abre la puerta al greenwashing.

Como no hay reglas fijas o directrices estrictas que definan exactamente qué constituye un fondo sostenible, los gestores de fondos tienen amplia libertad para etiquetar sus productos como "verdes" o "sostenibles", incluso si sus criterios de selección de inversiones son imprecisos o no están alineados con las expectativas de los inversores en términos de sostenibilidad ambiental, social y de gobernanza (ESG).

Ante la falta de estándares claros y coherentes, los inversores pueden tener dificultades para evaluar la sostenibilidad real de un fondo y pueden ser más susceptibles al greenwashing. Esto crea un riesgo de reputación para la industria de los fondos sostenibles en general y mina la confianza de los inversores.

Para abordar este desafío, muchas organizaciones y agencias de calificación han desarrollado sus propios sistemas de evaluación ESG y criterios de sostenibilidad. Sin embargo, sin una estandarización a nivel global, persisten las disparidades y ambigüedades en los criterios de evaluación.

En consecuencia, los inversores deben ser conscientes de estos desafíos y realizar investigaciones exhaustivas para desenmascarar fondos disfrazados de ESG, mirando más allá de las etiquetas y las promesas de marketing, y analizando cuidadosamente las políticas y prácticas de inversión de un fondo.

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