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Jaume Puig de GVC Gaesco – Gestor del mes
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Jaume Puig de GVC Gaesco – Gestor del mes

Entrevistamos a Jaume Puig, CEO y CIO de GVC Gaesco Gestión.
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16 DIC, 2020

Por Leticia Rial de RankiaPro

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Os presentamos a Jaume Puig, CEO y CIO de GVC Gaesco Gestión. Comenzó su carrera profesional en 1989 en Fibanc. Después, trabajó en Banco Vitalicio y más tarde, en 1995, se incorporó a GVC Gaesco. Actualmente Jaume es el Director General de GVC Gaesco Gestión y gestiona diversos fondos y sicavs de la entidad. Licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad de Barcelona, es Analista Financiero Europeo (Certified European Financial Analyst) y, además, es miembro de la Junta de Inverco Catalunya y miembro del Comité Asesor del Executive Master de Finanzas de ESADE.

¿Qué motivos te llevaron a dedicarte al sector financiero? ¿Cuál habrías elegido de no ser este?

De estudiante siempre había dado mucha importancia a las asignaturas de matemáticas, aunque me gustaban en general todas, en especial la historia y la filosofía. Estudié Economía y Ciencias actuariales, y trabajé como actuario en una compañía de seguros, Banco Vitalicio. Allí, tras estar dos años y medio calculando todo el día las primas tanto de seguros existentes como de nuevos seguros, llegué a la conclusión de que necesitaba un nuevo reto, más allá de los meros cálculos numéricos. El mercado financiero sin duda lo es, se trata de un reto mayúsculo, donde se necesita disponer de unas cualidades multidiscilplinares, más allá del puro cálculo financiero. Por ejemplo, ¿quién puede entender la realidad de los mercados sin saber la Teoría del Conocimiento? Los mercados financieros constituyen un reto diario, en el que se aprende día a día. Mi pasión por el sector financiero viene motivado tanto por este reto diario que supone como por el fin que perseguimos, que no es otro que el de hacer crecer el patrimonio financiero de las familias e instituciones que confían en nosotros, lo cual es muy agradable cuando se consigue. Creo que hay otros muchos sectores muy interesantes en los que me gustaría ejercer, pero ahora mismo no me veo en ningún otro.

Haciendo un breve recorrido de tu vida laboral, ¿qué destacarías de tu carrera profesional?

Los premios a la gestión de inversiones son muy agradables en el momento en que se reciben, y reflejan el buen trabajo hecho durante un período de tiempo, pero al fin y al cabo siempre representan lo que has hecho, no lo que vas a hacer. Creo que lo que más destacaría es la búsqueda constante de la diferenciación. He lanzado durante muchos años muchos fondos de inversión con unas características únicas, diferenciales, con un fuerte componente no sólo de innovación sino también de I+D. Por citar sólo uno, estoy especialmente contento de que uno de estos fondos, el GVC Gaesco 300 Places Worldwide, FI, una idea original que lancé en 2014, captara la atención de una gestora japonesa, Capital AM, y que hayan creado un fondo en Japón, para ser vendido a japoneses, que comercializan hoy nueve distribuidores en Japón, y que asesoramos nosotros a imagen y semejanza del 300 Places. Cuando lo explicamos a la CNMV nos comentaron que éramos la primera gestora que actuaba fuera de la Unión Europea.

¿Cuáles son tus hobbies?

Mis hobbies históricos siempre han sido dos, viajar y el trekking. Siempre he considerado que uno de los indicadores vitales de nuestro paso por la vida es cuantos lugares del mundo has visto de los que te quitan la respiración cuando los ves. Recuerdo muchas de estas vivencias y tengo una lista de pendientes aún muy importante. Respecto al trekking he ido variando un poco, últimamente hago menos montaña que antes y más caminatas urbanas históricas, esto es, caminatas que buscan descubrir detalles históricos que están escondidos en las piedras por las que normalmente pasamos sin apercibirlo.

En 1995 entraste a formar parte de GVC Gaesco. ¿Qué es lo más importante que has aprendido en todos estos años en la firma?

Hace doce años hubo la fusión entre GVC, como entidad absorbente, y Gaesco, como entidad absorbida. De la mezcla de culturas empresariales diferentes siempre se aprenden cosas, y creo sinceramente que todo el mundo debería vivir al menos un proceso de fusión en su vida laboral. He aprendido tanto la importancia de respetar siempre la meritocracia como el de disponer de un accionista de referencia de largo plazo.

¿A qué retos has tenido que enfrentarte en tu día a día durante a la pandemia?

Ha habido dos grandes retos durante esta pandemia. En un primer momento, tras los mínimos de los mercados del mes de marzo, el de hacer entender a nuestros inversores que nos hallábamos ante una sobrereacción del mercado. La consigna en aquel momento era la de que esperaba una V. El segundo momento clave fue a finales del mes de julio, cuando The Lancet publicó los resultados de las fases I y II de numerosas vacunas sobre el Covid-19. Fue el momento en que entendí que la vacuna llegaría mucho antes de lo que estaba previsto. En ese momento el reto fue el de hacer entender a nuestros inversores que algunos anuncios de las vacunas podían salir antes de final de año. La consigna en aquel momento, finales de julio, era la de “Buy Before the Vaccine”, es decir, la de comprar aquellos sectores más castigados por el virus (los “value” y el turístico), antes de que la vacuna fuera anunciada. No hablaba tanto de los factores “value” y “growth”, desde el año 2000, cuando el péndulo estuvo situado en el extremos “growth” al igual que ahora, o desde al año 2007, cuando el péndulo estuvo situado justo en el extremo contrario, el “value”.

¿Qué oportunidades ha dejado el Covid-19 dentro del universo de la renta variable? ¿Qué sectores encuentras más atractivos?

Pese a la fuerte subida de los sectores “value” tras el primer anuncio de  la vacuna el día 9 de noviembre, y pese al hecho de que desde entonces hayan batido con creces a los sectores “growth”, el péndulo está sólo iniciando el giro, y su vuelta al centro supone aún un largo recorrido. Por ello creo que los sectores más atractivos para el inversor son actualmente todos los sectores “value”, y el sector turístico. Al fin y al cabo creo que mucho inversor ha confundido a la economía del confinamiento con la economía del futuro, como si el futuro consistiera en quedarse en casa.

¿Qué tipología de fondo pueden adaptarse mejor al actual entorno de mercado?

En estos entornos los mejores fondos son los puramente fundamentales, son los que maximizan el descuento fundamental de las empresas que tienen en la cartera y los que posibilitan las mayores oportunidades para los inversores. En el entorno actual son los fondos “value”,  los que acumulan los mayores descuentos fundamentales, y las mejores oportunidades inversoras, pese a estar fuera de moda. Creo que dentro de unos meses entrarán en la moda inversora.

¿Cuáles crees que serán los próximos elementos disruptivos en la industria de la gestión de activos?

Creo que la industria de gestión de activos tiene un gran futuro, con unas variables demográficas y económicas que le van a ser muy favorables en las próximas décadas en lo que a volumen se refiere. Sí creo que lo más disruptivo a que va enfrentarse el sector es la transparencia. Me encantaría, por ejemplo, respecto a los inversores en gestión pasiva, como los inversores en ETFs, que tuvieran la información de que su auténtico coste está en el diferencial Bid-Ask, del que realmente viven los emisores. Igualmente, respecto al inversor en gestión activa me gustaría que recibiera la información del “tracking error” de su fondo, y de que se estableciera una relación entre la tasa de gestión del fondo y su “tracking error”.

¿Invertir con criterios ESG supone reducir el universo invertible?

Dado que hay mucho flujo monetario dispuesto a invertir en fondos ESG hay una gran tendencia por parte de las empresas a ser consideradas ESG, a lo que dedican numerosos esfuerzos. Nosotros creamos un fondo sostenible en el año 2014, y nos dimos cuenta entonces que los criterios que exigían los numerosos índices ESG existentes eran demasiado laxos. Por ello nuestro proceso inversor ESG es mucho más exigente de lo que reclaman los índices ESG. De hecho, la mayor parte de las empresas que sí forman parte de un índice ESG no pasan nuestro filtro. Con ello quiero decir que si bien los criterios ESG son muy potentes y que tienen mucho futuro, debería acabarse ya la primera fase del fenómeno, que ha sido más de marquetiniano, para entrar en una fase de una mayor autenticidad. Sin duda llegará.

¿Dónde te ves dentro de diez años?

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