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¿Cómo preparar las carteras para el verano?
Fondos de inversión

¿Cómo preparar las carteras para el verano?

En el entorno actual, el enfoque a largo plazo y la diversificación son clave en periodos de volatilidad del mercado, por lo que la asignación de activos resulta más esencial que nunca.
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23 JUN, 2022

Por Leticia Rial de RankiaPro

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Se acerca el verano y con él las llamadas y reuniones de clientes para revisar las carteras, y prepararlas ante unos meses de desconexión. En el entorno actual de volatilidad que viven los mercados, la diversificación y el enfoque a largo plazo son clave, por lo que la asignación de activos resulta más esencial que nunca. Las carteras diversificadas no solo ofrecen una protección mayor en tiempos de caída, sino que también tienden a recuperarse antes, según un informe de Natixis IM. Entonces, ¿cómo preparamos nuestras carteras? Les hemos preguntado a los expertos de Deutsche Bank España, A&G y Caser Asesores Financieros para conocer sus estrategias de inversión de cara a los meses estivales.

Alejandro Vidal, responsable de asesoramiento de inversiones de Deutsche Bank España

Contrariamente a la opinión extendida, no existe un patrón estacional claro en los mercados globales que haga del mes de agosto un mal periodo. Por tanto, y vaya esto por delante, no creo que haya que preparar las carteras para los meses de agosto como un ejercicio especulativo. Así que prefiero reconducir el artículo a como preparar las carteras para este verano.

Si comenzamos por la renta fija, es probable que en julio veamos una subida de tipos tanto por parte de la Fed como por parte del BCE. En el primer caso, es probable que sea la última de este ciclo, mientras que en Europa se intuye una más en septiembre, para dar en ese momento por cerrado el proceso de normalización que se inició en año pasado. Esto es relevante, ya que una vez podamos atisbar el fin del ciclo de subidas, el movimiento natural en nuestras carteras de renta fija es incrementar el plazo de los bonos o la duración media de los fondos que tengamos en cartera. Dado que aún es incierto, aunque sí probable, que esta subida desencadene una recesión económica, optaríamos por instrumentos de deuda de alta calidad, como bonos de estados o de empresas con grado de inversión y a plazos de 4 o 5 años, preferentemente.

En cuanto a la renta variable, el mercado estará pendiente de la evolución de los indicadores adelantados de actividad y los resultados empresariales del segundo trimestre. Ninguno de los dos factores tiene por qué ser excesivamente negativo para provocar una toma de beneficios desde los niveles actuales, tras un inicio de año con subidas superiores a las que esperábamos. Por tanto, recomendamos una posición en bolsas ligeramente inferior a lo habitual para cada inversor, y además optando por sectores con un crecimiento sostenible incluso en un entorno económico recesivo.

José Francisco Ramos, responsable de asesoramiento y análisis, del equipo de gestión y asesoramiento de carteras de A&G

Tras estos primeros seis meses de subidas, los principales índices de renta variable cotizan alzas de entre el 15% y el 30%. Desde A&G, de cara al verano, optamos por un posicionamiento más cauto hasta que se vayan disipando dudas sobre el crecimiento económico, la prima de riesgo refleje un escenario más realista, los niveles de los índices se encuentren más asequibles y se descuente un escenario más realista de los resultados empresariales. Además, la euforia presente en los índices de sentimiento da señales de correcciones en el corto plazo.

Nuestro escenario económico se mantiene sin cambios. El incremento de las restricciones crediticias que ha comenzado a lastrar el crecimiento económico provocará un incremento del desempleo que permitirá una relajación de la inflación y la estabilización de los tipos de interés. En este contexto, nuestro posicionamiento para el verano es priorizar el riesgo en renta fija sobre el de renta variable.

Pese a que creemos que el techo en tipos está cerca de alcanzarse, podemos ver un ligero incremento de la volatilidad en los próximos meses. No obstante, se mantiene el potencial de rentabilidad en renta fija, independientemente de cuales sean las decisiones en política monetaria; ya que el efecto del “carry” permite compensar posibles pérdidas por potenciales subidas de tipos. Por tanto, consideramos que el escenario es muy favorable para la clase de activo.

A estos niveles evitaríamos las compañías con peor calificación crediticia, que deberían sufrir más en un entorno recesivo. En ese mismo nivel de rentabilidades, y a pesar de su subordinación, preferimos híbridos corporativos de aquellas compañías sólidas, con buena calidad de balance y que gozan del grado de inversión y subordinados financieros a medida que el mercado primario y las amortizaciones a la call van volviendo a la normalidad. Los buenos resultados de la banca con buenos datos de solvencia, las mejoras de los ratings crediticios, el respaldo de los reguladores y la reapertura del mercado de AT1s son muy buenas señales para el activo.

Javier Puerto Martí, analista de fondos en Caser Asesores Financieros

Uno de los miedos a la hora de irnos de vacaciones es cómo posicionar nuestra cartera de cara a verano. En el periodo estival solemos dejar más de lado nuestras inversiones y es necesario tener nuestra cartera cubierta para capear posibles eventos de volatilidad en el mercado que nos puedan dar algún susto.

Este verano tenemos la suerte de que muchos de los eventos que más preocupan a los mercados están ya descontados, como las subidas de tipos de los bancos centrales, las sorpresas en los datos de inflación o bajadas de beneficios por acción en la publicación de resultados. Como consecuencia de esto, el VIX (índice que mide la volatilidad) está en los niveles más bajos desde que comenzó el año.

Para evitar sufrir por un mal comportamiento de alguna clase de activo en concreto, es importante diversificar las carteras. Una opción es invertir a través de fondos de inversión que no tengan demasiadas restricciones en cuanto a sectores y/o agnósticos en cuanto a estilos; donde además de la diversificación, habrá detrás un equipo de gestión que no se irá de vacaciones y podrá adaptar la cartera ante eventos imprevistos.

Con las valoraciones tan ajustadas que estamos volviendo a ver en renta variable, especialmente en Estados Unidos, donde el gap de valoración con Europa está en niveles muy elevados, nos mantenemos más prudentes que en renta fija. Las yields de los fondos están en niveles muy elevados, incluso los que tienen en cartera bonos investment grade, y no se está viendo reflejado en el precio como consecuencia de la escalada de tipos.

En el momento en el que los bancos centrales pongan freno a las subidas deberíamos ver correr el precio de los activos de renta fija. Es asimismo recomendable optar por fondos de inversión flexibles, que puedan “jugar” con la duración para aprovechar oportunidades que puedan surgir con los movimientos de la curva.

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