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La economía del ‘aftershock’
Macro

La economía del ‘aftershock’

Por Richard Clarida, Andrew Balls y Dan Ivascyn de PIMCO Los primeros años de la década de 2020 han sido testigos de una serie de graves perturbaciones económicas, financieras y geopolíticas a escala mundial, y pasará tiempo hasta que las consecuencias últimas de estas sacudidas se dejen sentir plenamente. En el último Foro Secular de […]
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14 JUN, 2023

Por PIMCO

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Por Richard Clarida, Andrew Balls y Dan Ivascyn de PIMCO

Los primeros años de la década de 2020 han sido testigos de una serie de graves perturbaciones económicas, financieras y geopolíticas a escala mundial, y pasará tiempo hasta que las consecuencias últimas de estas sacudidas se dejen sentir plenamente. En el último Foro Secular de PIMCO, debatimos cómo la reciente dinámica cíclica a corto plazo puede tener consecuencias seculares más duraderas.

La economía mundial está saliendo de un periodo de intervenciones masivas de política fiscal y monetaria que probablemente no se repitan en nuestro horizonte secular. Tras el repunte de la inflación mundial después de la pandemia, los banqueros centrales están empezando a reconocer que las políticas monetarias no convencionales conllevan costes además de beneficios, mientras que los crecientes niveles de deuda soberana probablemente limitarán la capacidad fiscal para hacer frente a futuras recesiones.

Con el posible fin de la era de las políticas de supresión de la volatilidad, es probable que a los mercados les aguarde un periodo de mayor volatilidad, con un abanico inusualmente amplio de posibles réplicas de los shocks vividos. Creemos que los riesgos para el crecimiento mundial están sesgados a la baja en nuestro horizonte secular a cinco años vista, y que las rentabilidades de los mercados se mantendrán estables a largo plazo.

Esperamos que los bancos centrales mantengan sus actuales objetivos de inflación y den prioridad a mantener las expectativas de inflación a largo plazo ancladas en esos niveles objetivo. Creemos que los tipos de interés reales neutrales a largo plazo en las economías avanzadas se mantendrán anclados en una horquilla comprendida entre el 0% y el 1%. Con el aumento de la deuda pública y el posible retorno de una prima de riesgo de inflación, esperamos que la curva de rendimientos se empine a medida que los inversores exijan una mayor compensación en los bonos a más largo plazo en el horizonte secular.

Nuestras expectativas de tipos neutrales bajos y de vuelta a una inflación cercana al objetivo refuerzan una perspectiva positiva para la renta fija básica y de alta calidad. Tras subir bruscamente el año pasado, los niveles de rendimiento de partida -históricamente muy correlacionados con los rendimientos futuros- de la renta fija de alta calidad se acercan a las medias a más largo plazo de los rendimientos de la renta variable, potencialmente con una volatilidad significativamente menor y más protección frente a las caídas que la renta variable. Esto puede ayudar a los inversores a construir carteras prudentes y resistentes sin renunciar al potencial alcista. Nos inclinamos por las inversiones de alta calidad y mayor liquidez, y mantenemos la cautela sobre las áreas más sensibles desde el punto de vista económico. Esperamos oportunidades cada vez más atractivas en los mercados privados con el paso del tiempo, especialmente a la luz del cambiante panorama bancario.

Es probable que una nueva era de tensiones geopolíticas entre una superpotencia establecida y un rival en ascenso tenga repercusiones económicas mundiales. Seguimos creyendo que el dólar estadounidense mantendrá su estatus de divisa mundial dominante, a pesar de la ampliación de la brecha fiscal estadounidense y del creciente endeudamiento, pero que se pueden encontrar oportunidades de inversión en otros lugares.

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