27 DIC, 2023
Por Álvaro Antón Luna de abrdn
Álvaro Antón, Country Head de abrdn en Iberia
Mucho ha cambiado desde que se creó el primer fondo del mercado monetario (FMM) en Estados Unidos en el año 1971. Hoy son un instrumento indispensable de gestión de tesorería para muchas compañías de seguros y fondos de pensiones de todo el mundo. Otros usuarios, como empresas, family offices y fundaciones, también los han incorporado a su actividad cotidiana. El tamaño actual del sector ronda los 5,1 billones de dólares en Estados Unidos y alrededor de 1 billón en Europa.
Los FMM son fondos de inversión abiertos que operan con instrumentos a corto plazo, como papel comercial, pagarés a interés variable, depósitos a plazo, bonos garantizados y repos. Estos instrumentos tienen vencimientos cortos. Son instrumentos muy líquidos y se utilizan para la diversificación, junto con los depósitos bancarios tradicionales. Los inversores y los departamentos de tesorería con efectivo inactivo se enfrentan a menudo a restricciones internas de contrapartida y limitaciones para sus líneas de crédito bancario. Con los fondos monetarios, los inversores se benefician de la experiencia de los gestores del fondo, lo que les ayuda a diversificar su riesgo.
Como ocurre con todas las inversiones, los activos subyacentes del FMM se mantienen por separado (en custodia). En cambio, el dinero de los depósitos ordinarios permanece en el balance del banco. Debido a su escala, los fondos monetarios permiten a los inversores participar en una cartera más diversa y de mejor calidad que si invirtieran de forma independiente. También es bastante habitual que los inversores utilicen varios FMM. Los FMM se consideran efectivo o equivalente de efectivo por su gran liquidez y acceso diario al efectivo invertido.
Los fondos del mercado monetario a corto plazo que se adhieren a las directrices de la AEVM (Autoridad Europea de Valores y Mercados) deben cumplir determinados requisitos. Entre ellos figuran restricciones en materia de liquidez, duración, requisitos de calificación mínima y exposición al emisor. Para obtener la calificación AAA, los FMM a corto plazo deben reunir las siguientes características:
Los FMM han crecido mucho en tamaño e importancia a lo largo de los años, y sus principales inversores son clientes institucionales y empresas. Pero también los usan instituciones como ayuntamientos, empresas de servicios públicos, universidades e inversores privados, lo que amplía la base de usuarios. Esto se debe a que los FMM suelen ofrecer un tipo de interés competitivo, cercano o superior a los tipos de interés vigentes. Además, no suelen tener restricciones de acceso, lo que los convierte en un activo de gran liquidez con rendimientos atractivos.
Pero hay que tener cuidado: "fondo de mercado monetario" es un término amplio que abarca diferentes fondos y horizontes temporales de inversión. Por ello, los inversores deben consultar el folleto para asegurarse de que el FMM se corresponde con su perfil de riesgo deseado. Por ejemplo, algunos FMM utilizan derivados para obtener rendimientos adicionales, lo que añade otra capa de riesgo. Por ello, los gestores de inversiones deben indicar claramente el uso de derivados en el folleto y las fichas informativas.
Los fondos monetarios también abarcan distintos horizontes de inversión, que los inversores deben tener en cuenta a la hora de elegir un fondo concreto. Lo mismo puede decirse de la rentabilidad. Una mayor rentabilidad suele ir acompañada de un mayor riesgo.
Las recientes subidas de tipos de los bancos centrales han devuelto el interés a un sector que ha pasado desapercibido durante un tiempo, especialmente en la zona euro, donde los tipos fueron negativos o nulos durante 10 años. Las subidas de tipos para frenar la inflación se produjeron en varias divisas. Entre ellas, las 10 subidas consecutivas del Banco Central Europeo (EUR), las 14 del Banco de Inglaterra (GBP) y las 11 de la Reserva Federal estadounidense (USD) desde el año pasado. Estas subidas tan rápidas han despertado el interés por los FMM, y los fondos denominados en EUR muestran ahora una atractiva rentabilidad positiva.
El valor de las inversiones y los ingresos derivados de ellas pueden disminuir o aumentar, y los inversores pueden recuperar menos de la cantidad invertida. El rendimiento pasado no es indicativo de resultados futuros.