16 JUN, 2021
Por Leticia Rial de RankiaPro
Os presentamos a Luis García, gestor de Mapfre AM. Luis es gestor del Mapfre AM Behavioral Fund, un fondo de renta variable europea basado en la economía del comportamiento. También es co-director del Programa Executive en Inversión en Valor y Finanzas del Comportamiento de ICADE Business School. Es licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad Francisco de Vitoria y posee un máster en Economía y Finanzas por el CEMFI. En 2013 obtuvo la certificación CFA. Sus análisis de inversiones han sido citados en diversos medios de comunicación nacionales e internacionales. Además, Luis García conduce el podcast de Mapfre “La Bolsa de Deporte” en el que conversa con deportistas de élite sobre su relación con el mundo del emprendimiento y la inversión.
Al principio decidí estudiar Economía, casi más por descarte que por vocación. Después, con los años, fue surgiendo el interés. Pero la pasión por la inversión no llegó hasta descubrir el value investing, cuando ya llevaba unos años trabajando en el sector financiero. La lectura de los libros de Peter Lynch, Benjamin Graham, Philip Fisher o Pat Dorsey me abrió los ojos sobre una manera de invertir que entendía y que tenía sentido para mí.
El principal es, sin duda, pasar tiempo con mi familia. Más aún desde que soy padre. También me sigue encantando el deporte. Tanto practicarlo como verlo como espectador. Y disfruto mucho de la lectura.
No tomamos las decisiones de inversión en base a lo que pensemos que puede pasar en los mercados financieros en los próximos meses, sino que intentamos identificar las empresas que, en nuestra opinión, pueden hacer mejor las cosas en los próximos años. Dicho esto, si es cierto que existen momentos puntuales, como el actual, en el que hay factores a vigilar. Nunca antes los mercados habían estado tan inundados de liquidez y eso puede llevar a errores en la asignación de precios. Por eso guardamos algo de liquidez y tratamos de buscar historias interesantes de por sí, que puedan funcionar con independencia de la dirección que tomen los mercados.
Sorprendentemente, el deporte es el gran olvidado de la industria de la inversión. No se me ocurre otro sector con tendencias tan positivas que reciba tan poca atención por parte de analistas y gestores. Nosotros tenemos un cuarto de la cartera invertido en siete empresas relacionadas con el deporte. Lo que está sucediendo en el fútbol europeo a nivel empresarial es especialmente atractivo. La industria perdía casi 1.700 millones de euros a nivel agregado en 2011, año en el que se empezaron a introducir las medidas de control financiero de la UEFA. Seis años más tarde, la situación había dado un giro y el beneficio agregado superaba los 100 millones. A día de hoy, la salud financiera del fútbol europeo, en general, es mejor que nunca y ha permitido que los clubes superen en este último año uno de los test de stress más severos a los que se podían enfrentar. Hay pocas historias de cambio como ésta.
El peso de los clubes de fútbol en nuestro fondo es del 10% y está distribuido entre el Borussia Dortmund alemán (5,5%), el Ajax de Ámsterdam holandés (2,5%) y el Olympique Lyonnais francés. Todos ellos clubes bien gestionados y con años de correcta asignación de capital que ha creado valor para sus accionistas.
Con los años he llegado a la conclusión de que es lo más importante. Por supuesto, hay que saber bien contabilidad, valoración de empresas y otras herramientas técnicas. Pero éstas no sirven para nada si no conocemos cómo funciona nuestra psicología y cómo nos comportamos los inversores. Nuestro cerebro está preparado para sobrevivir, no para tomar decisiones que tienen que ver con nuestro dinero. Esto es un problema que hay que atacar.
Buscamos tres requisitos básicos a la hora de invertir en una empresa:
No invertiríamos nunca en compañías que hagan un mundo peor. Es decir, que sean perjudiciales para la sociedad o para el medio ambiente. Tampoco lo haríamos en aquellas con equipos directivos en los que no confiemos. Por último, un alto endeudamiento es, casi siempre, una línea roja que no cruzamos. Hay que intentar dormir tranquilos.
No somos partidarios de mantener mucha liquidez en el fondo habitualmente pero, como comentaba antes, existen periodos en los que sí guardamos algo de dinero a la espera de oportunidades. Estamos en uno de esos momentos. Aunque somos muy optimistas respecto al futuro, prestamos atención a algunos desequilibrios que probablemente deberían tender a corregirse.
Me siento un privilegiado por poder disfrutar de mi familia, de mis amigos y trabajar en aquello que me apasiona. Ojalá eso dure mucho tiempo.